Volvemos a la nueva casa sin saber cuándo vamos a volver a la de verdad donde están Nana, Padre y mamá, pero al menos me tienen la gran noticia que Courfeyrac ha encontrado casa nueva, ¡al fin se va! celebré y pareciera que solo a mí me alegra, pero sé que todos queríamos esto, hasta él pareciera entusiasmado de la idea de irse y ¿Cómo no estarlo? ¡Estaremos lejos! Solo por eso hasta le haría una despedida, pero no es para tanto, después de todo, solo es Courfeyrac, me recuerdo cuando la euforia del momento me está invadiendo y esperando ese momento, mis días transcurren rápido.
Muchas de las cajas apiladas en la biblioteca han vuelto a ser sacadas y Combeferre me mira con recelo, ha descubierto que afilaba mis garras en la madera, en mi defensa aseguré que había sido de vital importancia para mis uñas, pero no le bastó con eso, así que ahora duermo sobre la biblioteca viéndolo todo desde lo alto. Hay mucho movimiento hoy, personas entran y salen como nunca y finalmente la puerta se cierra. ¡Al fin puedo dormir!, me digo y tras estirarme, me duermo para abrir los ojos y encontrarme con los de Enjolras
-"Pareces un gato pequeño"- le cuento al encontrarme con su vista fija en mí y solo veo de él hasta el tabique como si estuviese curioseando el lugar
-Te he estado buscando por horas- me admite y giré a verle
-Aquí he estado todo ese tiempo, que no me vieras no es problema mío- me defiendo y retuerzo antes que me baje de la biblioteca- tengo hambre- declaro y le sigo hasta la habitación ya oliendo la comida que preparan en la cocina de la residencia
Y de repente la casa es demasiado silenciosa, solo somos nosotros dos, como siempre, Combeferre se ha ido hace poco al parecer y me agrada esa calma que nunca se podía sentir desde que llegamos, pero una vez le veo ocuparse, hasta esa diminuta casa parece demasiado grande.
Algo falta, Combeferre tal vez, pero me he acostumbrado a verle llegar en la noche, así que lo descarté y la única idea llegó a mi mente. "¡No, imposible! No puedo estarle extrañando, no a eso, no lleva ni un día fuera y quería que se fuera, quise deshacerme de él desde el primer día, no, ¡definitivamente es inaudito!" Me aseguro y mientras reniego, llego inconscientemente a la habitación vacía. Necesitamos otro cachorro, decido y vuelvo con Enjolras
-La habitación del intruso no existe, es un lugar vacío- empiezo explicándole y le veo rascarme cuando subo al escritorio- no, no me distraigas, te estoy hablando deja esa pluma y préstame atención- exijo y me siento frente a él y sobre los papeles que raya con insistencia, intenta tomarme del lomo para apartarme y le mandó un zarpazo, así que solo me empuja para que me haga a un lado- te estoy hablando- le recuerdo volviendo frente a él- debemos desterrar todo recuerdo del intruso de ser posible y fingir que jamás ha existido y sé cómo hacerlo, ¡traigamos a Grantaire!- presento mi gran idea- si quiere que traiga al otro gato, al que le da asilo- propongo moviéndome por todo el escritorio porque está intentando evitarme- le diré la próxima vez que venga- anuncié y decidí que esos papeles son demasiado aburridos, así que saco las uñas y le oigo advertirme que no haga nada- te dije que debías salir más, es por tu bien- insinuó mientras rasgo los papeles, pero al segundo roce, me alza y me saca de la habitación que no cierra, así que entro y subo al escritorio a ver lo que hace, mientras le convenzo de mi idea- es el plan perfecto, me agrada R, a Ferre le agrada R y a ti... no lo sé, pero tendrá que agradarte porque somos dos contra uno- aseguro y le oigo exhalar frotandose los ojos
-¿Qué es lo que quieres?- renegó finalmente- Necesito terminar esto- me aclara molesto
-Traer a R, lo necesitamos en nuestras vidas, además así logrará sacarte y traerás hembras como debe ser- me explico con seguridad sin querer dar espacio a negativas
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El Guardián de L'ABC [Completa]
FanfictionDesde tiempos inmemorables, todo miembro en la familia Helzinger tiene por compañía un gato y en el caso de Alexandre Enjolras Helzinger, es un gato angora, de nombre Robespierre que llegó a su vida a los once años para acompañarle incluso cuando la...