Capítulo 1

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-Hola - dije susurrando nada más sentarme

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-Hola - dije susurrando nada más sentarme.

La pelinegra simplemente me miró y levantó la mano enunciando un breve  "Ihh"

Bah, roquera y borde, vaya mejor amiga.

Sin embargo fue cuando empecé a sacar mis cosas de la mochila cuando me habló.

-No te enfades venga, enanito. - dijo en el mismo tono de voz que había usado yo antes.

-¡Qué yo no soy enanito! - dije alzando un poco la voz.

-Shhh. - dijo la vieja que siempre se encargaba de vigilar la biblioteca.

-Qué si pesada, todo el santo día igual.
Menopausica perdida. - empezó a maldecirla mi compañera.

Después de eso nos pusimos a estudiar como siempre. Y como siempre que entraba mi crush pues me distraía y luego me quedaba pensando en todo menos en lo que tenía que pensar.

-¡Tú! - susurró y gritó al mismo tiempo Rim, cosa que no sé cómo hizo. - estúdia y deja al cachas en paz. - dijo mirándole - ¿Quieres acaso que se meta contigo? ¿O qué se meta entre tus piernas mejor? - dijo subiendo y bajando las cejas.

-Eres una pervertida y una mal parida. - dije entre risas.

-Shhh.

-Otra vez la vieja. - dijo de nuevo Rim mientras la mataba con la mirada.

Tras eso solo seguimos estudiando aunque de vez en cuando miraba al musculitos. Es que era imposible estudiar viendo a ese dios griego. Su pelo castaño claro, sus ojos claros y su piel blanca como si fuese de la realez... - ¿Vas a estudiar o qué? - me volvió a baja Rim de mis fantasías.

-Es que uno así no puede - afirme mirándole por última vez pues me pilló mirándole y me giré a toda velocidad tirando la botella de agua de Rim y llevándome una gran bronca de la vieja loca.

Fue así durante los siguientes dos meses en los cuales Rim y yo íbamos a la biblioteca, mi preciado novio, digo ídolo también

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Fue así durante los siguientes dos meses en los cuales Rim y yo íbamos a la biblioteca, mi preciado novio, digo ídolo también. Le observaba, desde la distancia, solo nos comunicabamos por contacto visual. Bueno, más bien yo le miraba y ya.

Sin embargo un día se le cayó la cartera y yo como buena persona que soy pues decidí devolvérsela.

Efectivamente la abrí y cotilee un poco. Averigüe que era del último curso, además de su nombre, apellidos, de hacerle una foto a su carnet y de averiguar que guardaba un par de preservativos en la cartera. Vaya con el dios griego. Eso debe ser porque lo hace mucho.

Al día siguiente cuando estaba justo detrás de él, después de diez minutos siguiéndole opté por esperar a que se girase y así decirle que se le había caído. Pero como siempre, la suerte nunca estaba de mi parte, apareció Rim cantando a todo pulmón It's my life, is now or never, y yo como buen amigo la seguí el rollo. Vaya escena.

Lo malo fue cuando nos dimos cuenta de que el musculitos nos estaba viendo. Ella siguió cantando y señalándole con el dedo, por otro lado yo estaba rojísimo y tenía mucho complejo de avestruz en ese momento. Solo quería meterme bajo tierra.

-¿No os cansais de seguirme? - dijo el buenorro una vez se había acercado a nosotros. Qué voz más sexy y su cuerpo... Esos músculos que se marcaban a través de esa camiseta. Ay madre del amor hermos...

-¿Tú, la baba! - escuché al mismo tiempo que recibía un fuerte codazo.

-Eh-ehh, n-no te estábamos si-siguiendo. - dije muy nervioso.

-Vaya que no, llevas como diez minutos detrás mía más no sé cuantos meses mirándome y acosandome en la biblioteca. ¿No te da vergüenza? - Me callé, no me lo esperaba. No sabía que decir. - Además, ¿no me habrás robado tu la cartera?

-Eres un mal pario - dijo Rim sin más.

-¿Perdón? - dijo esta vez Zeta mientras se le encaraba a mi amiga.

-¡Qué no me das miedo, chaval!

¡¿Pero tú estás loca!? Era lo único que podía pensar yo en ese momento.

-No. - me limité a responderle.

-¿No qué? - preguntaron esta vez al unísono.

-No te he robado la cartera, y tampoco llevo siguiéndote diez minutos, son doce. - ¿Qué carajos me pasa? ¿Por qué le he dicho eso? Dios... tierra trágame.

Bajé la mirada y miré la cartera. ¿Justo me la tuve que encontrar yo? Suspiré, seguido tomé aire y se la tendí. Él la cogió, rozando mi mano a propósito, seguro que fue a propósito. Levanté la mirada y vi como de cabreado estaba solo por eso.

Es que incluso cabreado estaba guapo. Carajos, es que no debería haber gente tan sexy en el mundo. ¿Por qué la gente no puede ser feita como yo?

Luego se fue sin más.

-Tío, ¡muy bien! - decía Rim saltando. - ¿Le habrás mirado el paquete para saber cuán grande es su amigo no? Seguro qué te rompe con lo que tiene entre las piernas.

La miré y no aguanté más la risa así que estallamos en una gran carcajada ambos.

-Te dará tan duro que me tocará comparte una silla de ruedas para que vengas a clase.

-Tu sigue divagando, eso jamás pasará - confirmé al mismo tiempo que ponía los ojos en blanco.

-Aunque ojalá - pensé eso último para mí mismo.

Zeta (Gay/+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora