Todos tenemos ese "crush" que creemos que es inalcanzable y efectivamente lo es, incluso para el adorable y pervertido Ed, que está locamente enamorado de Zeta.
Novela homosexual así que si no te gusta, te invito a buscar otras historias de otros gé...
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Pov Ed.
Los días pasaron y con ellos el viaje de acerba cada vez más hasta que llegó el día.
-¿Estás listo? - me preguntó mi mejor amiga.
-Más que listo estoy muy nervioso. - y me siento mal por haber dejado que entre Zeta y tú me hayáis pagado la otra mitad del viaje. - pensé para mi mismo.
-Deja de comerte la cabeza, ya sabes "Keep calm, and love rock" - mencionó su típica frase.
-Qué sí. - y puse los ojos en blanco.
Tras eso llevamos nuestras maletas al coche de Pedro y este nos llevó directo al colegio.
Una semana entera que íbamos a pasar todos juntos. Eso iba a ser un caos. Y más teniendo a Rim en la misma tienda de campaña que nosotros.
-¿Y si os come una serpiente? - preguntó Pedro. - en la tienducha esa en la que se supone que vais a dormir, aham Rim, deja dormir a los chavales y tus guarradas guárdatelas para otra persona.
-¿Para Marta? - preguntó esta sin entender.
¿Acoso era imbécil? Esta chica no tenía filtro alguno.
-Va a flipar con las cosas que la voy a enseñar estos días. - comentó.
Sí lo era. Era imbécil y estaba visto y comprobado.
-Concha tu madre, porque está con nosotros el pequeño Ed. - me llamó como cuando éramos niños Rim y yo. - que sino te juro que estrello el coche y luego te llevo yo mismo al hospital. - dijo mientras seguía mirando a la carretera. - pinche estúpida quién carajos me mandó a mi a tener una hija tan...
-Vamos a llegar ya. - interrumpí yo.
-Sí, así es hijo. - muchas veces me llamaba hijo. Según el yo era el otro hijo que nunca se atrevieron a tener por miedo a que "saliese igual de descerebrado que Rim".
Una vez en el instituto sacamos las maletas del coche y fuimos directos a donde estaban todos.
-Vaya panda idiotas. - comentó Rim mientras nos acercábamos.
-Hola. - saludé yo a nuestros compañeros.
-Hola pequeño. - escuché su voz en mi oreja. Me quedé quieto. ¿No podía decírmelo a la cara? ¿Tenía que hacer que me pusiera rojo en medio de todos los de último año?
-Quería que notaras esto. - y tras el susurro pegó su cintura a mi haciéndome notar su miembro.
-Todavía no es hora de follar chicos, eso esta noche. - dijo Rim. - y deja de estar tan rojo, que al final te vas a delatar tu solo.
-Ho-ho-hola. - intenté articular asimilando poco a poco la situación en la que me encontraba. ¿Por qué no me saludaba de frente como la gente normal?
