Capítulo 40

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Pov Zeta

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Pov Zeta.

— ¿Quieres más? — solicité saber antes de penetrarle de nuevo. 

— Sí — me respondió el pequeño mientras apoyaba su cara en mi hombro. — Eres tan cálido. — comentó en la misma postura, aunque momentos después noté como besaba mi cuello. 

Joder, como me pone eso. — pensé. 

Continúe penetrando al pequeño que sostenía en mis brazos. — Es tan ligero. — reflexioné. — Sin embargo, el ambiente se tornó mucho más tranquilo de lo habitual, y sentía como Ed, poco a poco, perdía las fuerzas. — Esto debe haber sido demasiado para ti. — le dije mientras apoyaba su cuerpo de nuevo en la cama. 

— ¿Podemos irnos a dormir? — preguntó. 

— Claro que sí, pequeño. — respondí besando su frente. — Pero antes debes ducharte. — reí mientras observaba su cuerpo de arriba a bajo. — y yo también. — reconocí mientras me daba cuenta de que estaba igual que mi chico. 

— Jolines... — musitó. — ¿No nos podemos quedar en la cama, nene? 

—¿Nene? — repliqué con una sonrisa burlona dibujada en los labios. 

— Chi. — y tras eso se hizo una bolita en la cama. 

— Venga vamos, nos duchamos juntos. — informé mientras le cargaba de nuevo en brazos y me dirigía al baño. Ahí le duché y le di una toalla para que se fuera secando, aprovechando así a ducharme yo. No obstante, cuando salí de la ducha él seguía enrollado en la misma toalla en la que le había dejado. 

—¿Ocurre algo? —inquirí. 

— No, es sólo que no hemos traído ropa de cambio. — explicó. — Aunque podemos pedirle algo a Kim y que nos lo deje. — se aventuró a decir. 

— No. — respondí seco. — Nada de eso. — hice una pausa para después continuar. — Aunque bueno, ya veo que tienes muchas ganas de ponerte su ropa. — repliqué mirándolo. — Corre, ve. Eres libre, pajarillo. 

— Mi nene, no te pongas celoso. — decía mientras se acercaba para acabar abrazándome por la cintura. — Oye, espera. — manifestó separándose. — ¿Te has puesto...? — comenzó la pregunta, aunque no la terminó ya que se respondió a si mismo cuando sus ojos se posaron donde notó algo más que la toalla. 

— Debe ser que es por no acabar antes. — supuse. 

— Entonces eso tiene solución. 

— ¿Ah sí? ¿Y cuál es? — expuse en voz alta mientras le veía de rodillas a la par que desenrollaba la toalla de mi cintura. 

— Esta. — proclamó metiéndose mi falo en su boca, a lo que me a mi se me escapó un gemido. 

Lo lamió y chupó durante unos minutos hasta que le avisé de que estaba cerca. No quería ensuciarle. Sin embargo, en lugar de alejarse continuó succionando mi miembro hasta que me vine en su boca. Bajé mi mirada para ver que hacía con el semen y para mi sorpresa se lo tragó mientras me miraba a los ojos. Tras eso se volvió a meter mi hombría en su boca y volvió a lamerlo. 

— Ahora ya estás limpio de nuevo. — comentó volviéndose a la habitación contigua al baño. 

¿En qué momento se había vuelto así de valiente? — me pregunté a mi mismo. Antes era toda una monja, y ahora era él el que daba comienzo a las situaciones subidas de tono. — Es increíble. —afirmé para mi mismo al mismo tiempo que esbozaba una segunda sonrisa en lo que llevábamos en este baño. 

Cuando terminé de secarme y vestirme fui a ver a Kim a una de las habitaciones. 

— ¿Sabes algo de ella? 

— Pues claro. — contestó tecleando su ordenador. — Mira. — dijo apuntando a la pantalla. — No está demasiado lejos del lugar en el que estamos. He conseguido acceder a las cámaras de seguridad de las zonas cercanas para así mantenerla vigilada y estar alerta nosotros por si se la ocurre hacer alguna jugada. — sostuvo. 

— Gracias por todo.

— No hay de qué. — aseguró. — Una cosa más. Creo que una de tus amigas está tratando de encontrarnos. ¿Es esta chica tu amiga? — quiso saber. 

— Sí, bueno. Es Marta, la amiga del pequeño. —opiné. 

— Bueno, pues está con esta chica por esta zona, creo que está intentando buscaros. No tengo ni idea de cómo se ha acercado tanto sin que hayamos dejado rastro.

— Es una chica que se le da bien la tecnología, como a ti. — y tras eso le revolví el cabello. — Si puedes mandarla un mensaje para que se vuelva a la playa con los demás chicos del instituto lo agradecería. —me sinceré. —No quiero involucrar a las chicas en esto. 

— Como usted mande. — contestó tecleando. 

Continuará...

Sé que ha sido mucho más breve de lo habitual, pero, sinceramente, hoy no encontraba las ganas ni la forma de hacer o dar más, por lo que: lo siento :')

Dicho esto espero que tengáis una linda semana y recordaros que todos/todas y cada un@ de vosotr@s es increíble. 

Nos vemos el próximo lunes, pececillos. 

Zeta (Gay/+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora