Todos tenemos ese "crush" que creemos que es inalcanzable y efectivamente lo es, incluso para el adorable y pervertido Ed, que está locamente enamorado de Zeta.
Novela homosexual así que si no te gusta, te invito a buscar otras historias de otros gé...
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-¿Tienes moto? - pregunté7 después de ver que comenzaba a sacar una desde una plaza de garaje.
-Pues claro. ¿No la ves?
-No te imaginaba con moto. - dije imaginándome lo sexy que se vería. - aunque si lo pienso bien realmente si que te pega tener moto.
-¿Y eso por qué?
-Porque los chicos malos tienen moto.
-Con qué me ves como un chico malo. - comentó acercándose poco a poco hasta quedar frente a frente.
Sin pensármelo dos veces me puse de puntillas y le dí un besito.
-Vaya, cada vez te estás soltando más...
-S-sí, más o menos. - y después de eso le rodee el cuello con ambos brazos.
Le dí un beso rozándole la baraba que se le había formado de hace dos días. Es que era tan sexy que hasta la barba le quedaba bien.
Tras ese largo besito nos separamos y cogió lo que supuse que sería su moto.
Después de eso nos acercamos a su portal, sin saber yo muy bien el porqué.
-Voy a por un casco, ahora bajo.
-¿Para que quieres otro casco? - pregunté confundido. - Si ya hay uno.
-Claro. Y si pasa algo que te rompas la cabeza, no gracias. Además de eso si me pillan me pondrían una multa y la tendrías que pagar tú y no creo que eres rico. - dijo al mismo tiempo que subía a por lo que había dicho.
Me quedé abajo junto a la moto. No me esperaba que supiera conducir, pero bueno, mejor así supongo. ¿Como será ir en moto? - pensé en alto.
Me acerqué al aparato y decidí cogerlo. Puta madre lo que pesaba. ¿Quién pinches podría sujetar esto? Bueno, Zeta estaba muy fuerte, así que no tendría problema alguno.
Pensé en sentarme y probar a ver que tal estaba el asiento, sin embargo me decanté por no hacerlo, aunque para que mentirme a mi mismo, necesitaba subirme ya y notar que se sentía. Así que finalmente opté por subirme ya al auto.
Levanté una de mis piernas para pasarla al otro lado, pero no me alcanzó. - Tengo que mejorar mi flexibilidad. - apunté como nota mental. Volví a intentarlo y ésta vez si que logré pasar mi pierna. Genial. Después de eso me eché un poco hacia delante para colocarme bien, sin embargo cuando hice eso algo en la moto falló y me caí junto a ella, quedando atrapado bajo ella. - ¡Mierda! - grité en alto.
Verás cuando llegue Zeta y vea que le he tirado la moto. Mínimo me asesina y me corta en trocitos para luego darselos de comer a algún perrito de la calle.
-¿Qué haces en el suelo niño? - escuche como decía Zeta desde arriba.
-E-es que ha venido un perro corriendo y me ha tirado. - mentí. Espero que no se me note.
