Todos tenemos ese "crush" que creemos que es inalcanzable y efectivamente lo es, incluso para el adorable y pervertido Ed, que está locamente enamorado de Zeta.
Novela homosexual así que si no te gusta, te invito a buscar otras historias de otros gé...
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Pov Zeta.
-Sí. mmh, ah, ¿qué o-ah-ocurre? - pregunté entre gemidos sin dejar de follar el culo de ese pequeño.
-¿Estás bien? - preguntó la que pensé que sería Aner al otro lado de la puerta.
Puta madre. No quería que nos interrumpirsen y viene la estúpida esta a fastidiarme la única noche en la que me puedo coger al niño.
Salí de él, me quité el preservativo y guardé mi verga de nuevo en mis pantalones.
-Ve arriba, hay una bañera. Llenala y esperame ahí. - dije mientras Ed se tapaba con sus manos la mayor parte del cuerpo que le alcanzaba. - Luego sigo dándote lo tuyo nene. - él solo se sonrojó, se puso mi camiseta por encima y fue directo a donde le ordené.
Fui a la puerta a abrir a la pesada que me había cortado.
-Me molestas, no quiero nada. - dije una vez abrí la puerta y vi como me miraba todo el torso al mismo tiempo que se mordía el labio.
-Uf, ¿pero como sales así? Vas a coger frío bombón. - dijo tocando mi pectoral.
-Aparta tu mano de mi, perra. - dije al mismo tiempo que la cogí de la mano y la solté con asco en el aire. - Y lo único que me estoy cogiendo ahora. - es a un precioso niño. - es un cabreo de la ostia así que fuera. - señalé con la cabeza.
-Solo pasaba para ver si podíamos cenar juntos, ya sabes, como hacíamos antes.
-No me gusta la gente como tú. - y la cerré la puerta en la cara, sin embargo esta puso su pierna para evitar así que cierre la puerta. Qué extraño, nunca ha sido así de rápida. - ¿Por qué tienes tanto interés en entrar? - pregunté con toda la paciencia que me quedaba.
-N-no es nada. - y asomó su cabeza por el hueco de la puerta. - ¿Por qué está roto eso? - preguntó refiriéndose a la vajilla. Acto seguido intentó entrar pero la frene poniendo mi mano en su cara.
-Que no quiero que pases, ¿no te enteras?
-P-perdón guapo. - y luego se giró. - si quieres pasar un buen rato ya sabes donde estoy. - y se alejó contoneando sus caderas.
-Eres muy fea. - la dije antes de cerrar la puerta. - y muy zorra. - comenté una vez estaba cerrada la puerta.
Mierda. ¿Por qué tiene tanto interés ahora en estar como antes? ¿Estará trabajando para Rosé? No, no creo. Me habría dado cuenta. Además, Kim me informó de que estaba centrada en el norte ahora. ¡Joder! Esto me pasa por descuidarme y volverme más pasta. ¿Por qué me acuerdo de ella ahora?
Subí arriba y ví al pequeño Ed sentado en el suelo junto a la bañera con uno de sus brazo en el agua jugando con la espuma que había.
-Hola niño.
-H-hola, el agüita está bastante calentita, no se si se te va a gustar... - y se levantó quedando así parte de su precioso trasero al aire.
