Capítulo Treinta y Cuatro

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Narra Jass.

Me levante con determinación, a las 5 de la mañana abrí mis ojos y ya no podía contenerlo más.

Verifique que papá siguiera durmiendo y fui a la casa de Ethan, un muy adormilado Pepe me abrió la puerta en su lugar.

―¿Pepe?

―Hasta donde se ese soy yo.

―No quiero sonar grosera, hola, es que... Pensé que abriría Ethan.

―Ethan no está.

―¿Cómo es eso? ―pregunté preocupada.

Hizo un gesto para dejarme pasar y luego cerro la puerta tras de mi, sin preguntar sirvió dos tasas de café y sentó en la mesa.

―Mira no quiero preocuparte pero seria mejor si hoy no estas aquí. ―Me levante molesta y él me tomó de la muñeca―. No quiero sonar grosero, se que lo que tienes con Ethan es muy especial, sin tu ayuda habría tanto que el no habría podido hacer. ―Me soltó―. Es solo que hoy vendrá alguien que el no ha visto hace mucho y necesita hablar con ella, de lo contrario no podrá evitar lo que está por venir.

―Tu no entiendes, tengo que hablar algo muy importante con él.

―Jass, la mujer que viene es su esposa.

No.

―Ellos oficialmente no están separados, no es como te lo imaginas. ―Se apresuró a aclararme―. Son viejos amigos, cuando toda la verdad salió a la luz, lo que Ian llevaba maquinando, no solo afecto a Ethan, Yohanna también tuvo que mentir, hay mucho en juego y fue por ella que lo llevaron preso, esa es la parte que él sabe, lo que no le he dicho es que ella también está bajo amenaza y por eso ella vendrá, acepto ayudar a Ethan a demostrar su inocencia con una condición: sería ella en persona quien le contaría el resto de la verdad.

Apreté ambas manos a mis costados, sentía rabia y culpa, elegí el peor momento para decirle, Pepe había ocultado cosas, en verdad relevantes, pero Ethan a mi también.

¿Cómo es que ahora me vengo a enterar que esta casado?

―Es complicado, lo se, puede que esa sea la razón por la que no está.

―¿Puede?

―Dedujo por tu expresión que no sabías que Ethan estaba casado, por simple conflicto de intereses es así. Hay mucho que él oculta, trato de seguirle el paso, desde que salió de prisión va y viene como un fantasma, no puedo asegurarte que por eso no esté aquí.

Deseaba, con cada día, las palabras, mi amor, toda yo, que Ethan hubiera abandonado la idea de venganza, una noche me dijo que jamás se había sentido tan feliz en su vida y yo como tonta le creí.

―Será mejor que me vaya entonces.

―Jass trata de entender.

Sonaba casi ridículo que fuera Pepe quien pidiera mi entendimiento. 

―Avísame cuando llegue Ethan.

―¡Jass!

―Que te quede claro a ti. ―Golpee mi dedo índice en el centro de su pecho―. No tienes idea de quien soy, por tu bien dejaras que hable con el y créeme una vez que lo haga desapareceré de la vida de Ethan.

Me di el gusto de cerrar la puerta en su cara, Pepe podía ser idiota, también el mejor amigo de Ethan, sabía más de lo que aparentaba pero obviamente lo subestime.

Llegue a mi casa y me vestí con prisa, papá aun dormía, ordene sus cosas y lo desperté, mentí sobre trámites importantes que debía hacer para convencerlo de que se fuera.

Duro Contra El MuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora