Capítulo Cuarenta y Tres

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Narra Jass.

Mi vida como profesional se trataba de ayudar a personas a razonar, a resolver sus problemas, el entenderse mejor a si mismos, nunca tuve que aplicar eso en mi vida, mis papás rara vez discutían, tenía amigos aquí y allá, ninguna relación significativa y trabajando se iba la mitad de mi tiempo.

Con esto claro me preguntaba ¿cómo podía amar tanto a Ethan? Jack me afecto, Ethan fue... Boom, mi corazón palpitaba como loco.

Incluso con la sorpresa de enterarme que Trevor era su tío sus palabras seguían conmigo, nadie, nadie se había esforzado tanto por demostrarme que me quería, en lugar de estar enojado mantuvo la calma.

Un bebé.

Que susto ese, las mariposas en mi estómago estaban como locas, Ethan sonrió porque estaba feliz, tanto si teníamos como sino un bebé, no soltó mi mano ni se acobardo.

Había que admirar eso, el hombre sabía cómo conquistarme, reaccionó mejor que yo.

―¿Jass? Sígueme en la moto, iré en el auto con él.

―¿Estas seguro? Puedo llevarte.

―No, esta bien, conduce con cuidado. ―Me beso y siguió a Trevor a la limusina.

Textee a Rose avisando que tardaría y que alimentará a Obsesa por mi.

En serio odio ese nombre.

Antes de seguirlos note que había una mujer al otro lado de la calle, miro un momento a Ethan y Trevor, luego desapareció, no se me hacía familiar y no miro mucho tiempo, quizá solo era paranoia mía.

Arranque en la moto y trate de no ir muy cerca, por la poca vista periférica del casco hubo momentos en que los perdí.

Fue un viaje de alrededor de una hora, creí que el hombre nos estaría llevando lejos a propósito hasta que llegamos a una gran hacienda, dos hombres vestidos de negro ―como sacados de MIB― se encontraban en la entrada.

Ethan bajo con Trevor y le dieron indicaciones a los guardias que me guiarán al estacionamiento, deje mi moto y los seguí al interior de la casa.

El lugar en sí era... Intimidante, grande, brillante, lleno de personas viniendo de todos lados, objetos raros y plantas por doquier.

―Jass.

Ethan me estaba esperando frente a dos grandes puertas de madera, entramos y Trevor ya se encontraba dentro, tomó mi mano y nos sentimos en un sillón frente al asiento de Trevor, parecía una oficina pero más sofisticada.

Bueno, tu novio proviene de una familia adinerada, no es para tanto.

Apostaba mi pulmón izquierdo a que solo está oficina valía más que mi consulta completa.

Nota mental: no tocar nada.

―Entonces, Jass, mi sobrino me contaba que tu y él salen.

―Ahorrémonos la charla casual ―dijo Ethan―. ¿Qué hacías en el departamento de Jack?

Me sentía muy muy incómoda, no solía ver a mis pacientes fuera de la consulta, Trevor habló conmigo de muchas cosas, parecía rompe cabezas, otra pieza que agregar a un cuadro que no sabía que estaba completando.

―Bueno, imagino que no sabes lo de tu hermano...

―Lo se, sé de su enfermedad.

―Eso lo hace más fácil, Becka se preocupo siempre de ti y de Jack, así como de mi; de todos en la familia Becka y yo fuimos los más cercanos, claro, sobre todo desde que murió Daemon, tu abuelo.

Duro Contra El MuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora