20
Te de jazmín
Numero 20:
Ven.
Eso encontró Daiki sobre su cama cuando salió de darse una ducha, una nota más que Saint Tail tuvo que haber puesto justo cuando él abrió la ducha y no pudo escucharla. La nota tenía solo una palabra y junto a ella un ticket de compra. Daiki se tomó un momento para leerlo con cuidado, era un ticket cualquiera de papelería, pero con el nombre y la dirección de un restaurante chino.
Eran las 10 de la noche, pero por la forma en la que había escrito esa nota, no era como otras donde le daba una pista de lo que podía descubrir con ella, era más bien una orden. Y aunque no era del tipo de persona que gustoso siguiera ordenes, tenía autentica curiosidad por lo que podía pasar si la seguía. Se puso un abrigo caliente, unos pantalones de mezclilla y salió a la calle, por suerte conocía el barrio donde estaba el restaurante y no se podía extraviar.
El sitio estaba casi vacío cuando llegó, pero el amable camarero en la puerta aun lo invitó a entrar. Era un lugar pequeño y cómodo con solo un par de mesas donde había una pareja platicando animada y una barra donde un trabajador checaba algunos papeles junto a un tarro de cerveza. Se aproximó a la barra.
— ¿Tienes dieciocho años verdad, chico? – el barman lo examinó de pies a cabeza limpiando un vaso con un trapo limpio - ¿No tengo que llamar a la policía si pides una copa?
— Recién cumplidos – Aseguro Daiki, no era la primera vez que insinuaban que lucía demasiado joven, de pasó sacó su placa mostrándosela un momento – y no, señor no necesitamos más policías.
— ¿Te pongo una cerveza?
— Por favor.
El barman se tomó un momento para llenar un tarro con cerveza clara, otro para cobrar el servicio del oficinista y despedirlo antes de poderlo abordar.
— ¿Puedo hacerle algunas preguntas?
— ¿Algún problema con mi local? – preguntó tenso el hombre mayor.
— Ninguno. – Daiki le dio un trago a la cerveza fría, sintiendo las mejillas más calientes por contraste - Más bien es... sé que una chica frecuenta este lugar, pero no he llegado a conocerla tan bien lo que yo quisiera y no sé... pensé que quizá podría contarme algo de ella.
— Y ¿Quién es la chica?
— Vino hoy – dijo tendiéndole el ticket – pelirroja, ojos azules ¿Quizá la conoce?
— Jazmín y tallarines, como olvidarla. Viene a comer aquí por lo menos tres veces a la semana después de la escuela. Ese muchacho – dijo apuntando al mismo camarero que seguía animando a la gente a entrar – está loco por ella.
— Ya veo – Daiki no sabía cómo sentirse al respecto de ello, no sentía celos, pero tampoco era agradable.
— Pero ella no le ha dado ninguna oportunidad – agregó el barman tallando la barra de madera con un trapo que olía a aceite herbal - No tiene novio o al menos nunca ha venido con uno.
— ¿Que más me puede contar de ella?
— Siempre toma fideos y te de jazmín, son sus platos favoritos a pesar de que siempre la he animado a probar algo nuevo. Suele decir que el sabor de esas dos cosas reconforta su alma y ningún otro sabor podría hacer eso por ella.
— No me imagine que fuera una chica tan espiritual – y no, pero no esperaba en realidad nada específico sobre ella, después de años de perseguirla su vida tras el traje de magia era solo incógnita.
— Le gustan los niños, cuando mis nietos han venido suelen sentarse a su alrededor y ella les cuenta historias, la adoran.
— ¿Historias?
— ¿Sabe sobre la ladrona Saint Tail? Suele aparecer algunas veces en la ciudad.
— Sí, algo he escuchado sobre ella – respondió con cierto sarcasmo bien disfrazado.
— Pues creo que es la mayor fanática de ella. Cuenta las historias de sus robos como si ella misma fuera la famosa ladrona – dejo de pulir la barra rascándose la cabeza divertido - La hace ver como si en lugar de una ladrona fuera alguna clase de super heroína, incluso yo empiezo a creer que lo que la ladrona hace no es tan malo.
— Sabe... yo creo lo mismo – admitió, era algo que jamás podría admitir frente a nadie más sin arriesgarse a perder el caso, pero el hombre que ahora había vuelto a limpiar vasos de cristal le inspiraba confianza - después de tantos años, creo que las cosas que hace no son realmente malvadas.
— Sí usted que es un policía lo dice, creo que puedo creerlo.
— Supongo que – no debería hacer esa pregunta, pero no pudro frenarse - sabe cómo se llama
— ¿No lo sabe usted?
— Solo la conozco por su sobre nombre.
— No arruinare la sorpresa entonces, lo dejare que investigue un poco más – dijo con una sonrisa plenamente divertida.
— Supongo que habría sido demasiado fácil. – el detective puso un billete en la barra mientras tomaba el ultimo trago de su bebida.
— Sabe, ella es uno de esos clientes habituales a los que es fácil tomarle cariño así que si está interesado en ella, puedo darle un consejo.
— ¿Cuál sería?
— Alguna ocasión mi hija llegó aquí quejándose de su esposo, no logro recordar porque. Mi clienta solo observó y dejó que mi hija se fuera de regreso a casa, cuando se iba solo me dijo "por eso, solo saldré con un chico que se parezca a mi padre, su hija sería más feliz si hubiera hecho lo mismo". Al principio pensé que solo era una forma dulce de hacerme un halago, pero por la forma tan seria que lo dijo creo que hablaba en serio. Quizá a la persona que deba conocer, sea al padre de esta chica, si lo invita un día a una pinta y lo trae aquí, la casa invita.
— Lo tendré en cuenta. Muchas gracias.
— Regrese cuando quiera.
Daiki tomó el ticket de su servicio junto al que él había llevado y salió del lugar.
Todas, parecían demasiadas coincidencias.
Fin 20
24/10/19
11:21 p.m.
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Find Me
FanfictionLa aventura debe de terminar, es hora de dejar colgada la chstera en un rincon. Pero su necio corazon aun queria darle una oportunidad de atraparla... mas bien 30 oportunidades #FictoberMF19 #FictoberMF