Flores Secas

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25

Flores secas

Despertó esa mañana con el sonido del tono de su celular, busco a su lado donde siempre lo ponía y encontró uno de esos zapatos de tacón alto que parecían plagar la habitación, rebusco un poco más y encontró el aparato bajo la cama.

— Asuka Jr.

— Detective Asuka Jr. Lo llamo desde la tienda de regalos, recuerda usted...

— Sí, los recuerdo. – dijo el detective más despierto sentándose en la pequeña cama, puso atención a la llamada y a los sonidos del departamento, pudo escuchar el sonido de las teclas de la computadora de la chica afuera. – ¿En que puedo ayudarla Sra. Tanaka?

— Nos pidió que le avisáramos de antemano si había algún otro pedido para usted. Esta mañana nos ha llegado un correo igual que el de la última vez, desafortunadamente mi nieto es quien revisa los pedidos en línea y olvide comentarle lo que nos pidió.

— Está bien Sra. Tanaka – si el correo había sido abierto al cerrarlo seguro desaparecería igual que el ultimo.

— De nuevo un pago por adelantado de una cuenta que ya no existe y una petición de un mensaje junto a un ramo de flores secas.

— ¿Flores secas?

— Es muy común que este tipo de flores se haga en arreglos de esta manera, por el propio significado de la flor.

— ¿Qué tipo de flor es?

— Se llama Sempiterna. Son flores que bien conservadas pueden durar muchos años, usualmente se regalan en aniversarios de bodas, representan el deseo de que algo sea para siempre.

— ¿Qué pidieron que dijera la nota?

— Espere... — Daiki escuchó como Meimi terminaba lo que fuera que hacía en su computadora y como bostezaba en voz alta, tuvo que sonreír — pidieron que dijera, numero 24: Cuando todo empezó, había esperado que todo fuera así.

— Muchas gracias por su cooperación Sra. Tanaka.

— ¿Debo enviar a su casa el regalo?

— Hágalo por favor.

— Muy bien detective, que tenga un buen día.

— Igual.

Daiki se levantó recogiendo su saco y tomándose un momento para quitar el zapato alto del buro y acomodándolo junto a su par a un lado de la cama. Afuera Meimi seguía en pijama con una taza de café enorme.

— Buenos días.

— Buenos días, Asuka jr.

— ¿En serio?

— Tendrás que darme un tiempo para acostumbrarme – le tendió una taza de café bien cargado – ¿Tienes clases hoy?

— Sí, aun debo pasar a mi casa a recoger un paquete y me voy a la facultad ¿Y tú?

— No tengo clases hasta medio día, solo tenía que enviar un proyecto, se supone que iba a entregarlo ayer en la noche, mis compañeros seguro estarán molestos.

— Lástima por ellos.

Daiki rodeó las mejillas de la chica con las manos y puso un beso manso y cariñoso en sus labios con sabor a café, era tan agradable que Meimi sintió escalofríos de placer por el gesto.

Meimi casi no lo podía creer la noche anterior, como se quedaron en el sillón de su sala hablando en voz baja mientras se robaban besos cálidos, sus besos eran exactamente como en sus sueños, delicados, dulces y respetuosos, si se había quedado de nuevo en su departamento había sido solo porque irse a las 4:30 a.m. cuando el sueño finalmente los venció habría sido una mala idea. Y aunque ahora tenían... algo, porque ninguno de los dos lo había definido aún y le habría encantado dormir abrazada a él, eso solo la arrojaría a algo a lo que aún no estaba lista.

— Te llamare – le prometió odiando tener que irse.

— Está bien detective, ve y salva al mundo.

— Te veré pronto.

Dando un largo sorbo de café y despidiéndose con un último beso Daiki salió del pequeño departamento. Mimi vio la puerta un momento casi deseando que él diera media vuelta y regresara, pero sabía que no sería así.

Todo esto estaba tomando un rumbo que no habría esperado nunca. Estaba feliz por lo que estaba pasando, pero... Aún faltaban seis notas, aun debía darle pistas de quien era la chica de la chistera y aunque ahora sabía que la conocía un poco más y si lo que había descubierto tenía valor suficiente para la noche que habían pasado juntos...

Meimi tomó su último trago de café, y se levantó del taburete lista para darse un baño enfrentar lo que pasara, bueno o malo al menos ahora para siempre tendría ese momento y nadie se lo quitaría.

Fin 25

27/10/19

12:50 a.m. 

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