12
Vigilante
Numero 11: Solo tomo café y tostadas para desayunar, pero ¿Acaso no hace eso todo el mundo?
Cuando Daiki se dio cuenta de que la dirección no era la que esperaba se llevó una sorpresa. La dirección que Meimi había dejado en la delegación de policía el día anterior había sido la de un complejo de pequeños departamentos que por lo regular se rentaban a estudiantes. Si no calculaba mal, Meimi tenía ahora mismo diecisiete años, era un poco demasiado joven para vivir por su cuenta, pero no creía que hubiera dejado una dirección falsa. Cuando estuvo frente al número veinticinco, llamó al timbre y esperó, desde dentro escuchó como se acercaban a la puerta y la abrían.
La pelirroja estaba allí vestida con una camiseta demasiado grande que le quedaba casi como un vestido y el cabello enmarañado, lo recibió. Sus ojos un momento se habían visto somnolientos y después alertas.
— Buenos días.
— Buenos días, Asuka.
— ¿Puedo pasar?
— Siempre que no te asuste un poco de desorden.
La chica se hizo a un lado y lo dejo pasar. El departamento era muy pequeño, parecía lo justo para una sola persona, lo dejo pasar al espacio que debía ser su sala y cocina y fue hasta una cafetera que puso a trabajar, bostezando.
— ¿A que debo el honor de tu visita? – dijo dándole la espalda poniendo pan en una tostadora.
Daiki se distrajo un momento muy a su pesar viendo algo que por fuerza le parecía familiar. Meimi llevaba su cabello sostenido en un rollo en su cabeza y la camiseta se le resbalaba por los hombros dejándolos desnudos, allí había una constelación de pecas regadas en su piel como las manchas de una orquídea. Él... él había visto pecas similares en los hombros de Saint Tail una vez cuando había logrado acercarse lo suficiente a ella.
Tenía que ser... tenía que ser algo que le pasaba a las pelirrojas ¿Verdad?
— ¿Daiki? – Meimi puso una taza de café frente a él, agitando una mano frente a su rostro – la tierra a Asuka Jr.
— Lo siento, me distraje un momento.
— Si tú lo dices, más bien parecías haber hecho un viajecito astral, daba miedo.
— ¿Por qué ya no vives con tus padres?
La tostadora hizo botar el pan detrás de ella y la chica fue a recogerlo, se acomodó uno de los hombros de la camiseta dejando solo uno descubierto.
— Tu sabes... mis padres están intentando tener un nuevo bebé y sus intentos empezaban a ser incomodos... ruidosos.
Daiki se sonrojo tras su taza de café. Estaba bueno. La chica puso delante de él también una tostada con mantequilla.
— Desde hace tiempo había pensado en la posibilidad de vivir por mi parte – sobre todo cuando tenía que escabullirse por las noches y no quería que sus padres la descubrieran – así que me decidí y vine aquí. Mamá ya está embarazada por cierto, está segura que esta vez será un niño.
— Felicidades.
— ¿Viniste solo a beber café y a hacer una visita social?
— El jefe Takeda me envió a verificar que esta fuera tu dirección y que no hubieras huido de la ciudad.
— Que no se diga que no se lo advertí.
Desde que había salido de la delegación habían sido puestos dos agentes a vigilarla. Ella los había perdido en un centro comercial. Habían sido relevados por otro policía que la había visto salir una hora después de una estética con una manicura nueva. A este lo había perdido en una juguetería, tres horas después la habían visto salir de una tienda de mascotas a treinta minutos de distancia en auto. Esta vez tres agentes habían sido puestos a vigilarla y de nuevo los había perdido en los pasillos de un hospital. Desde ese momento no habían sabido nada y después de haber burlado a seis agentes el propio jefe se había negado a poner a nadie más a prueba, hasta esa mañana.
— No soy culpable, y si los agentes no pudieron seguirme el paso no es mi culpa. Ayer tenía recados que hacer, después de visitar a una de las niñas que cuido que fue internada por una apendicitis vine a casa.
— Los agentes van a recibir un buen castigo, ¿Sabes?
— Y entonces te dieron a ti la labor de vigilarme – Meimi sonrió como si le estuviera contando algún tipo de chiste secreto – cuidado, se te va a volver alguna clase de marca personal perseguir ladronas.
— No es gracioso.
— Opino lo contrario.
— Vine a decirte que Charles ha reventado anoche. El jefe lo ha tenido en interrogación desde que lo detuvimos y no pudo más con la presión, a dicho quién es su verdadero cómplice y te ha exculpado completamente.
— ¿De casualidad ha dicho por qué me inculpo desde un principio? – la mayor causa de su curiosidad era eso. ¿Qué ganaba con involucrarla?
— Porque no quisiste acostarte con él – él mismo había escuchado cuando el traficante que había pasado ya 48 horas en interrogación lo había soltado furioso, en su momento lo había encontrado divertido, viendo los ojos azules de Meimi con un cierto aire de cansancio que lucía simplemente sexi, lo entendía un poco mejor.
— Lo peor de todo es que me lo imagine – las intenciones de Charles habían sido discretas pero directas y no es que ella no tuviera curiosidad, pero él no encabezaba la lista de un solo nombre con quien quisiera intentarlo.
— El jefe quiere que sepas que estas fuera de toda la investigación y se disculpa si te hizo pasar un mal momento.
— Solo estaba haciendo su trabajo, lo entiendo. Gracias por venir a decírmelo.
El joven detective se terminó su café y se levantó de la pequeña isla de su cocina. Meimi lo acompañó a la puerta.
— Gracias por el café.
— Cuando quieras.
— Podría tomarte la palabra, el café estaba bueno.
— Lo digo en serio, puedes venir cuando quieras, hasta luego Asuka.
Daiki atrapó una última chispa de los ojos azules de la chica antes de que cerrara la puerta y lo recorrió un escalofrió. Quizá después de todo sí que tenía un tipo.
Fin 12
18/10/19
12:26 a.m.
YOU ARE READING
Find Me
FanfictionLa aventura debe de terminar, es hora de dejar colgada la chstera en un rincon. Pero su necio corazon aun queria darle una oportunidad de atraparla... mas bien 30 oportunidades #FictoberMF19 #FictoberMF