Tiempo

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No hace caso a los truenos que retumban.

No me importa mojarme.

Los pinos que se extienden a lo largo del terreno hacen un sonido casi familiar, mecidos por el viento.

Tiene que ir con cuidado: hay partes que están embarradas. También distingue distintos tipos de setas, que asoman bajo las hojas de aguja secas que hay por el suelo.

Cree escuchar algo pero, ¿Cómo estar segura? Cuando agudiza el oído, escucha cómo un pájaro emprende el vuelo.

Y otro trueno.

Entre los pinos, un árbol más bajo, de tronco rugoso y con musgo por las ramas llama la atención de la chica: un... ¿almendro?

Se acerca, de ahí puede sacar algo de alimento. Aunque las ramas no están repletas, hay suficientes almendras como para aguantar un rato más.

Es curioso, el suelo está removido, como si alguien hubiera estado cogiendo cosas de allí.

Llena uno de los bolsillos de su chaqueta con almendras. Ahora, necesita alguna piedra para cascarlas, y un lugar donde sentarse.

Sigue dando vueltas. ¡Otro trueno! La tormenta debe de estar cerca, y un relámpago se lo confirma.

Continúa paseando, en busca de cualquier cosa: nada.

¿Qué puede hacer?

Se acerca a una montaña que delimita una parte del bosque. No es de tierra, sino de piedra. Está empinada, puede que lo suficiente para trepar...

Sus ojos almendrados vagan por las irregularidades de la superficie rocosa: un poco más arriba de su cabeza, hay una cueva.

¿Va hacia ella, o vuelve al pueblo?
Distingue un rayo en el siguiente resplandor del cielo.

Hay que darse prisa.

Perdona, ¿Quién soy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora