Una mujer rubia suspira mientras contempla el fuego.
Las llamas le están revelando la persecución de esa chica de pelo negro por ese monstruo, y el grito desgarrador que muestra el fuego solo puede significar una cosa.
Se gira hacia el hombre moreno, sin camiseta, que lee La Divina Comedia recostado en un canapé:
-Ha durado una semana -le anuncia-. Hemos perdido.
-Aún ha tenido suerte... Pensaba que moriría de hipotermia al tercer día -contesta, sin apartar la vista del libro, mientras levanta las cejas-.
La mujer se tapa los ojos con las manos, decepcionada. Después, moviendo un brazo de izquierda a derecha, hace apagar las llamas.
-Te dije que nos equivocábamos, que con esa chica no conseguiríamos nada -comenta, con un deje de reproche-; pero tú te empeñaste, cómo no...
El hombre cierra el libro. Su mirada, inmutable y casi gélida, se dirige a la rubia:
-Te dije que no debíamos hacerlo. Es un juego para idiotas que no saben entretenerse. ¿Preferías coger al enano, que se envenenó el primer día?
Molesta, la chica rubia se alisa su vestido blanco. Sus ojos verdes se dirigen hacia su acompañante, cargados de ira:
-¿Me acabas de llamar idiota?
El hombre suspira y se levanta. Calmado, camina hasta la silla donde está sentada la mujer, le aparta el pelo y le da un beso en el cuello:
-Olvídate de esto. Acompáñame a la habitación y no vuelvas a pensar en esa desgraciada: era una oportunidad de ganar riquezas, sí, pero no hemos perdido nada -comenta, mientras ella se levanta-.
La mujer se gira y le da un beso, con media sonrisa en sus labios pintados de color rubí.
-No sé qué haría sin tí -confiesa, mirándolo a los ojos-.
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Perdona, ¿Quién soy?
FantasyUna chica está caminando. ¿Quién es? No le hace falta apartarse del camino de nadie, no hay mucha gente. Perdida, ¿o no? Parece nerviosa, ¿Busca algo? Bolsillos vacíos. Se está buscando a ella. ¿Quién es?