Desde un árbol, una chica rubia de pelo corto vigila a su presa. Es un cervatillo, que come u olisquea algo del suelo.
Adorable -piensa con sarcasmo-.
Su sonrisa se ensancha mientras estira la cuerda de su arco.
-¡ALINA! -Sorprendido, el cervatillo sale corriendo, y la flecha se clava en la tierra. -¿Qué haces aquí?
La que habla es una chica de 25 años. Sus ojos son verdes, y sus labios están pintados de un color rojo intenso. Alina se vuelve hacia ella con el ceño fruncido.
-¿Qué demonios voy a estar haciendo con el arco y el carcaj? ¿Papiroflexia? -Al mirarla, su expresión pasa de enfado a asco. -¿Te has maquillado, Helena?
Helena aparta la mirada. Coge aire, y responde, con cierto dolor:
-No todos podemos ser tan autosuficientes y fieles a nosotros mismos como tú -responde, irónicamente-.
-Ah, ¿Se supone que debo de pedir perdón? -Helena guarda silencio. -Entonces perdón, perdón por seguir los pasos de nuestra madre. Perdón por no vender la versión más superficial de mí a... A esos asesinos.
Los ojos de Alina parecían echar chispas, fulminando a su hermana. Helena, por su parte, estaba a punto de llorar.
-No te pido que los perdones... No eres capaz. Pero su mundo no tiene la culpa, Alina: ese mundo está repleto de magia...
-Puede que tú lo hayas olvidado, pero yo no -le corta, volviéndose-. Diviértete.
Con un nudo en la garganta, mientras retuerce su trenza rubia, Helena responde:
-Lo haré.
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Perdona, ¿Quién soy?
FantasyUna chica está caminando. ¿Quién es? No le hace falta apartarse del camino de nadie, no hay mucha gente. Perdida, ¿o no? Parece nerviosa, ¿Busca algo? Bolsillos vacíos. Se está buscando a ella. ¿Quién es?