Secretos y más secretos

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Josuke salió del hospital pisando los talones.

-¡¿Cómo que fue secuestrada?!- reclamó a Shizuka.

-Jolyne quería buscar al ladrón de la flecha y por eso...- dijo la niña temerosa.

-¡Les dije que no hicieran nada imprudente! Sabía que no debía dejarlas solas en el hotel, lo que temía.

-Lo siento mucho, tío.

-Después hablo contigo, primero vamos a buscar a Jolyne, sólo espero que esté bien.

Corrieron por las calles y Josuke alejaba a la gente con la mirada.

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Por fin abre los ojos, siente algo cálido en su cuerpo, con un olor tan dulce y relajante, se mira a sí misma y se da cuenta de que está en una...¿bañera?

Se cubre el pecho con ambos brazos, haciendo que el agua se salpicará, el baño tiene un color amarillo brillante.

-¿Dónde estoy?

Con su mirada busca su ropa, pero no la encontró, sale de la tina y con cautela se acerca a la puerta del baño, con suerte, había una toalla suficientemente grande para cubrirse, sale del baño y ve que el pasillo está oscuro, el lugar se parece un poco a la mansión de los Joestar, pero ahí tiene un estilo de una casa de los años 40's.

Sigue caminando hasta llegar a un comedor, ahí estaba el extraño niño que está sentado tranquilamente y tomando una taza de té.

El hombre negro percibe su presencia y le sonríe.

-Bienvenida a la tierra de lo vivos, señorita- dijo.

-¿Pero qué...?

-Su ropa estaba sucia, así que le traeré una prenda nueva- hace una reverencia para luego retirarse.

Jolyne dirige su mirada hacia el niño.

-¿Se puede saber por qué me atraparon? O mejor aún ¿por qué me atacaron de pronto y me trajeron aquí?- exigió.

El niño absorbió el té antes de contestar.

-Primero vístete, una chica debe estar siempre arreglada cuando es la hora del té- dijo tranquilo.

-No me vengas con modales de etiqueta, quiero respuestas- exigió.

El hombre negro aparece con una prenda en sus manos, se la da a Jolyne.

-Está bien- recibe la prenda- pero me dirás todo en cuánto termine de vestirme- se retira y regresa al baño.

Minutos más tarde, aparece Jolyne, vestida con una blusa color gris sin mangas, un pantalón de cuero color negro y botas del mismo color, aparte de su collar, cuenta con una gargantilla y guantes negros abiertos mostrando sus dedos y su cabello negro lo dejó suelto ya que aún está húmedo.

-Debo de admitir que tienen buenos gustos en la ropa- dijo la chica.

-Sebatián lo fabricó para ti- dijo el niño.

-Un mayordomo cómo yo ¿cómo no sería capaz de hacer ese tipo de cosas?- dijo el hombre orgulloso de siglo mismo.

-Vaya- dijo Jolyne levantando una ceja.

-La cena está lista, por favor sientese.

El hombre escoge una silla cerca del niño, la chicos duda por un momento, pero accede, se sienta y su nariz percibe el dulce aroma de la comida recién hecha.

-Adelante- dijo el niño- no está envenenado si eso es lo que piensas.

-Tú...¿no vas a comer?- preguntó la chica al ver que sólo cuenta con una taza de porcelana enfrente de él.

Jolyne, La encarnación de una venganza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora