Recuerdos dolorosos

14 1 2
                                    

Ya casi es media noche, la menor se encuentra de rodillas y respirando con dificultad después de un gran entrenamiento, su cabello está hecho un desastre y el sudor corre su frente.

-Eres tenaz para ser una chica frágil- dijo Sebastian.

-Yo...no soy débil- dijo la rubia entrecortado.

-Debo admitir que eres fuerte- agregó Ciel quién se encuentra sentado en una de las cajas de carga del barco- pero, me pregunto si tu stand es lo suficientemente fuerte para superar los obstáculos que están por venir. En la segunda dimensión dónde fuimos, tu stand había revelado otra habilidad, parecía un campo de fuerza para alejar las ramas.

-¿Tú lo viste?- Shizuka levanta la mirada.

-Sebastian te vio de lejos.

-¿Y por que no ayudó en ese entonces?

-Quería comprobar algo- inquirió el mayordomo.

-¿Comprobar?

-No quiero proteger a los miembros más débiles del grupo, sólo tengo permitido proteger a mi amo.

-Que conveniente.

-¿Qué quisiste decir con eso?- reclamó Ciel a su protector.

-Amo, ambos sabemos que es bueno que lo secuestran y que no puede si quiera vestirse solo.

-¿No puede vestirse solo?- Shizuka dibuja una sonrisa burlona.

-¡Sebastian!- protestó el menor con una vena saliendo de su cabeza- Será mejor que cierres la boca y no digas cosas fuera del fundamento- desvía la mirada.

Shizuka seguía riendo entre dientes, ya que el chico presenta sus mejillas sonrojadas.

-Parece que ya estás bien- dijo el menor tratando de cambiar el tema.

-Sí- asintió.

Ciel baja de la caja.

-Ya es hora de que descanses, porque mañana llegaremos al próximo mundo.

-¿Eh? ¿Tan pronto?

-Descuida, llegaremos a medio día, así que tendrás más tiempo para descansar lo suficiente- se da media vuelta para irse- vámonos, Sebastian.

-Yes, my lord- hizo una reverencia el mencionado para luego seguirlo.

Más tarde, Shizuka salió del baño de bañar con una bata que cubre su cuerpo, Jolyne no se había percatado de su ausencia, eso está bien, ya que no quiere que vea los pequeños moretones de sus brazos y piernas, Sebastian la había atacado de cuerpo a cuerpo; por fortuna, el abuelo Joseph le había enseñado que no debe llorar por algo tan simple, ya que, el único momento de llorar, es cuando un ser querido deja el mundo real.
Se acuesta en la cama y cierra los ojos, la verdad, no quiere pensar en nada más.

Por fin llegaron a la nueva ciudad, Jolyne miraba el paisaje fascinada.

-¡Es hermoso!- exclamó la chica.

-Llegamos- susurró la rubia.

************************************************************

-Parece que llegaron- dijo un hombre que oculta su identidad por medio de un asiento grande terciopelo.

-Sí- asintió un hombre vestido de color azul con rojo y franjas blancas; y posee un especie de casco color rojo que combina con su vestimenta.

-¿Estás seguro de esto?- preguntó una voz profunda.

-Todo por mantener la paz- respondió el líder.

Una mujer de cabello Rosa entra a la habitación.

Jolyne, La encarnación de una venganza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora