La casa de "Trent"

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La mañana siguiente no me trajo muchas esperanzas tampoco, me sentía decepcionada y avergonzada, tanto ajena como personalmente, por que...en una vida donde lo tienes todo ¿cuál es tu razón de pelear y volverte un sucio y vago anarquista? y ¿qué pensaría mi madre ahora; la gente? Oh, yo planeé la gran parte de aquella reunión y me cargaba con el peso de haber tenido una amiga punki.
No podía negarlo, era mi mejor amiga de siempre y, en el interior, ella era siempre mi querida Mo.
La chica de cabello castaño manjar y chocolate con listones en él y los labios bañados en hidratante. Aunque sonara muy diferente a como se mostró horas antes de mi reflexión.
Sus ojos pardos me miraron con sinceridad, al haberme dado la promesa de una amistad eterna y un cariño irremplazable. Diez años no es poco.
Debía verla, aunque estuviera en el antro más sucio de todo el país.

12.32 p.m.
Tomé la ropa menos lucidora de mi armario, no quería ir a caer en lodo en Armani ¿o sí?- ¿Porqué me sueno a mí misma cómo patética?- entonces me puse unos Forever21 rasgados, zapatillas con plataforma negras "Converse" y un suéter color verde camuflaje que me quedaba algo holgado. Sí, muy simplón y casi me doy propina a mí misma.
Tomé un bolso con mis llaves, billetera y móvil y bajé para encontrar a mamá.
-Má, saldré a distraerme un momento al centro comercial ¿sí?-Mentí, pero, después del incidente, no creía que Mo fuera su mejor ejemplar en ese instante.
-A las 7 p.m. máximo, tienes yoga hoy.- Asiento con una sonrisa y salgo por mi auto.
Tengo 20 años y ahí estaba, siendo coordinada por mi madre. Mis hermanos menores tienen suerte de no ser "la próxima imagen de la familia" y estar de risas y dulces en Orlando ¿qué cojon*s?

Mientras conducía al parque del "primer encuentro punk", llamé a Mo por cuarta vez. No estaba apagado, lo sabía por que no me mandaba al buzón de mensajes.
Esa vez contestó y suspiré de alivio.
-Hey, creía que me odiabas y esas cosas.- Escuchaba risas de fondo y botellas quebrarse y eructos...iugh.
-En parte sí, pero...eres como mi hermana.-Confesé y sentí su sonrisa.
-Tú igual para mí. ¿Dónde estás?-Me ganó la pregunta y yo alargué con un "ahhh".
-En el parque de ayer.
-Debes venir a la casa de Trent, te mando la dirección por mensaje. Besos lesbianos y esas cosas.-Reí y corté rápidamente.
En un minuto me llegó su súper mensaje y procedí a buscarlo en las coordenadas del mapa móvil.

13.20 p.m.
La casa que encontré estaba no nada mal y de nuevo me pregunté por qué alguien que tiene una feliz vida pelea así, cuál era el fin.
Bajé sin mucha seguridad de lo que pudiera pasar y caminé hasta la puerta para tocar y ser recibida por el muchacho rubio.
-¿Tú eres...?-Pregunté al fin. Si nos íbamos a ver tanto, supuse que saber su nombre era un buen inicio.
-Trent.-Su voz cortante casi me dejó cicatrices. Era un tipo con mirada azul y la usaba para congelar, al menos conmigo, con una desconocida.
-Ah, ¿está Mo?-Levantó una de sus cejas y gritó hacia atrás.
-¿¡Hay alguna Mo!?-Me crucé de brazos, hartándome de su descortesía de mantenerme afuera.
En unos segundos llegó mi amiga junto al chico y lo empujó para hacerme pasar. Olía a unos cuantos cigarrillos, pero no era excesivo o incómodo, tampoco se reventaban en drogas ilícitas como creí que hacían.
-¿No me darás un abrazo?- Preguntó herida la chica de eternas cintas. Esa vez llevaba una negra y ya, de tela.
-Te castigaré un poco y, por tenerme ahí con el tal Trent...serán los próximos-Miré mi reloj de muñeca imaginario.-Ya, dame un abrazo.-Rió y me abrazó cálidamente. Nunca fue de prolongar las muestras de afecto y esa vez no fue la excepción, así que, apenas lo terminó, me jaló a un sillón con personas alrededor hablando y esas cosas (esas cosas, esas cosas...)
Estaba el tal Trent, el cabeza de escoba verde, el rapado, la chica rubia y otra rubia igual a la primera (gemelas)
Era algo muy tranquilo y eso me gustó...algo.
-Tú eres la presa del sistema, ¿no?- Vaya forma de empezar con el chico Trent.
Era escalofriante, con su delineado de ojos, su pelo revuelto, sus perforaciones y sus tatuajes...¿no parece trillado?
-Ah...si así me reconoces, sí, pero mi nombre es Vania, Trent.-Me abrazo a mí misma para asegurarme de sentirme viva. No soy como ellos y todos lo perciben.
-Ya-Dice Mo y me da un codazo nada amable.-El cabeza color moco es Ronny, Cayú creció y se volvió Walton y las Kurt Cobain mujeres son Linda y Lila.- Asentí y los miré a todos.
Sus ojos entrecerrados, dudando de mi confianza, me penetraban y me hicieron encogerme aún más.
-Oye, lo siento por atacarte drogada ayer, fue mi primera vez y última, fue un idiota de por ahí y...estos poco hombre.-Linda o Lila habló con vergüenza hacia mí.
Oh, no era una mala chica, fue un error.
-Nos dijiste que la mujer debía valerse por sí misma.-Dijo Walton.
-Una ayuda no es volverme una marica, estúpido.-Le levantó su dedo de en medio y él se le acercó y le dio un beso fugaz en los labios.
No eran unos amargados raros e incómodos patanes, todos se sumieron en su propia charla, hasta yo con Mo, mas me di cuenta del tal Trent que no estaba ahí cerca, sino que en la mesa del comedor con su móvil entre los dedos.

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