Cuadrado

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El olor intoxicante me despertó en medio de la noche. Habíamos mantenido el silencio tanto rato y, justo cuando dormía en paz, un mareo desesperante invade mi cerebro, entrando por mis fosas nasales.
Caminé, siguiendo el ritmo de una canción que yo desconocía y llegué a parar frente a la puerta de la habitación matrimonial.
No quería tocar, no quería dar directo con su rostro. No sabía si quiera que estaba haciendo. ¿Y si eso era droga? ¿Cómo debería actuar?
Abrí ligeramente. Noté la cama deshecha y algunas latas de cerveza y esos tarros de pintura en spray. No mujeres, no drogas (al menos ilegales)
Entré en silencio, como si debiera respetar aquel santuario. Si antes duró tanto en un orden tan perfecto que no iba con el resto de la casa, en ese instante fue como entrar en la máxima expresión de: tensión, odio y rabia acumulada.
Desgarros en el papel de las paredes, las plumas de las almohadas esparcidas, paredes completamente rayadas.
-¿Te encuentras bien?-Decidí mantener algo de distancia entre el cuerpo del rubio y el mío, así que me puse al otro lado de la cama.
Se quitó el cigarrillo de la boca y lo apagó, presionándolo en la pared.
-¿Te interesa? Porque yo huelo el egoísmo.-Rodé los ojos. Genial, estaba siendo idiota...ah, era así.
-¿Por qué egoísmo?
-Viniste aquí porque interrumpí tu "tiempo de sueño", ¿no, princesa?-Tapé mis vías respiratorias, solo por no poder aguantar mucho más los efectos de esa porquería.
-Desperté por esto, pero al ver el desastre...si solo hubiera sido egoísmo, no te preguntaría que te pasa.-Agaché la cabeza. Necesitaba una ventana.
-Ven.-Dijo firme.
-¿Para qué?
-Por mí te desmayas y ya y no te ayudo.-Gruñí y caminé a paso lento y soñoliento hasta estar detrás de él.
Volteó.
Su torso sin remera era ya conocido, no era musculoso, pero se notaba que era duro y los tatuajes hacían oscura la mayoría de su piel. Tenía los ojos rojos y llorosos y quise saber si era por tristeza o por el terrible producto de los tarros.
Tenía unos cuantos puntitos de pintura negra en el cabello y se quitó una banda de la cabeza.
-Acércate un poco, ¿o es que hay límites legales?-Di dos pasos más y él me puso la banda verde, cubriendo mi nariz y boca.-¿Ya? Al menos le baja la intensidad.
-Gracias.
-Me da igual.-Tomó la lata del suelo, roja y la levantó, apunto de rayar más la pared, mas se quedó inmóvil.
Mandé al muy profundo carajo los sentimientos de molestia e incomodidad que tenía con él y me animé a preguntar que sucedía. El por qué decidió de pronto hacer mierda ese lugar casi olvidado de su casa.
-Vuelvo a preguntar, ¿sucede algo?-Hice que bajara la mano que sostenía el líquido rojo.
-¿Por qué actúas tanto? No sé como haces en tu mundo de "hijos de mami", pero no me metas.-Sostuve las ganas de gritarle sobre su estupidez.
-Me preocupas...un poco.-Admití, en un murmuro. Me reprimía mentalmente, sabiendo que iba a terminar mal.
-Oye...-Sus ojos fríos se clavaron en los míos, quise quitarlos, pero me sostuvo el mentón.-Un beso no significa que yo seré un príncipe de Disney y que tú seas algo para mí. Solo te dejo vivir conmigo y es todo, puedes irte ya.-Tensé la mandíbula y me quité el maldito pañuelo de la cara. Lo empujé desde el pecho y ladré.
-¿¡Cómo puedes llegar a ser tan grosero, estúpido, creído y contradictorio!? No me importa si nos besamos, abrazamos o tenemos un maldito cachorro juntos. ¡Me importas, que sea un poco, y tú me tratas como si fuera una puta de centavo! ¡Y me sorprende que odies a los hijos de puta, porque vaya que deberías odiarte mucho a ti mismo, que eres el rey! ¡Y estoy aquí porque tú me quisiste aquí, yo iba a irme a un hotel, yo tengo mis problemas también y, antes de que te lances contra el puto dinero, a mí me vale lo que tú o cualquier idiota piense!-Me mordí el labio, evitando el creciente puchero que brotaba.-Solo...a la mierda, no te tolero.-Agaché la cabeza e intenté tragarme el maldito nudo de mi garganta.
Iba hasta la puerta y Trent habló.
-Este es cuarto de mis viejos...era.-La música paró, cuando Trent le dio una patada a la radio.-Mi tío, el de los mensajes, vive en Canadá y mi familia, hermanas y padres, me dejaron para ir allá. ¿Sabes por qué no me llevaron? Por no querer ser el maldito seguidor de sus ideas de mierda acerca del dinero y sus cabezas cuadradas. No quiero el maldito negocio, es una basura y el dinero es una inutilidad, sus leyes hacen mi vida una cárcel y, por intentar expresarme, acabó todo en esto: un huérfano.-Le dio un puño a la pared, de esas delgadas que se rompen "fácil".
-Así que tu familia también quería un ideal estúpido de ti.-Me deslicé, quedando de rodillas, mirando la puerta.-Maldita presión, todo por...
-Duende Verde.-Reí por su referencia al dinero y lo observé. Estaba mirándome.-Sí, me odio por ser un hijo de puta y, inevitablemente, tan honesto que parece un escupitajo en la cara, pero con el rato te haces la idea de que no importa y que eres un campeón destruye terrenos.-Suspiré y tomé ganas para gatear hasta su lado, con la espalda en la cama, mirando sus rayas en el muro.
-"¿Quién protegerá al publico cuando la policía rompa la ley?". Eres todo un filósofo, tú, burro de primera.
-El Alien le da vida, ¿no?-Fingió una analización artística. Le di un codazo.-Se siente la naciente amistad, putita de barrio alto.
Reímos juntos, lo cual me hizo sentir como si siguiera soñando. Como si él estuviera a mi lado en el sueño y todo acabara ahí, en el eco de nuestras carcajadas.
-No me interesa que nos hayamos besado, Barbie de feria.-Fingí bastante bien.
-¿Por qué sacas el tema?
-¿Y por qué no?-Aunque sentía esa presión en el estómago otra vez con su cercanía y el recuerdo.-Es solo que...no voy a cambiar contigo por eso. Hay personas que creen que ese tipo de idioteces involucran sentimientos, cuando son los actuares los que deben influir.-Justifiqué. Trent levantó una ceja. Vale, también lo decía para congeniar pensamientos y caerle mejor, pero era cierto aquel fundamento.
-Exacto.-Me dio una sonrisa tranquilizante. Sentí el espacio aún más corto y miles y miles de cosas brotando en mi interior, como la magia de las caídas mientras duermes y como despiertas con brusquedad.
De pronto todos esos pensamientos sobre mí besando nuevamente a Trent cobraron relieve, textura, emoción, en frente de un Alien que cuestionaba la ley.
•••
Para ti: MacaaSalinas que eres la pelirroja que saldrá pronto tomando "jugo de durazno" xD

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