8.43 p.m.
Vale, había dicho que estaba haciendo un proyecto hablando de que esos tipos en el buen plan, pero al llegar a casa no pude seguir y lo cambié todo. Con pena y con ira.
-Vania.-Mi mamá si quiera me hablaba para ir a comer. No habíamos hecho las pases, pero su respeto era más importante, era lo último que estaba esperando perder.
-Ma'-La llamé, casi sin fuerza y toda reventada mentalmente.
Ella se quedó en la puerta, con expresión fría y expectante.-Me humillé.
-¿Qué?-Caminó dentro de mi habitación y cerró la puerta. El orgullo de mi progenitora sobrepasaba cualquier barrera.
-Fui a una de esas manifestaciones, a una "tocata" y peleé a mano limpia con uno de esos tipos, todo porque me utilizaban para hacerse escuchar y quizá mañana esté en los diarios con una remera en la cabeza y lanzando bombas.-Lloriqueé. Pensaba que mi mamá me alentaría o me diera alguna solución, pero ya, ella no cambiaría su forma de ser a los cuarenta y muchos.
-¡Estúpida! ¡Te he dado todo en tu vida, te crié como a una princesa y me saltas con tus revelaciones anárquicas! ¿Quién te crees que eres? ¡Rata mugrienta! ¡Mi reputación con la empresa llega a cambiar por tu culpa y te juro que de la universidad te puedes ir olvidando!-Respiraba pesadamente y su mano temblaba por una cachetada.
Levanté el rostro, húmedo y con una mueca horrible por el llanto producido. Y recibí lo que merecía.
-¡Todo lo que tenías que hacer era seguir los modelos sociales y quedarte callada, ser una señorita y ahora andas de...drogadicta y anarquista!-Me levanté de mi escritorio y la miré mal.
-¿Modelos sociales? ¿De qué cojones estás hablando?
-Callada, con estudios y un novio de dinero, una familia, ¡una señorita! ¡¿Qué pasó con esa chica?! ¡Se fue a hacer la Lohan!
-¿Escuchas lo patético que haces dejar a la especie femenina?-Intenté parecer calmada, pero la denigración de sus palabras me herían y no entendía como a ella le parecía correcto.
-¡Hasta hablas como esos dementes! ¡Solo que esta es una faceta retrasada de la adolescencia!-Burló. Apreté los puños: necesitaba gritarle y golpearla y...¿todo ese tiempo me vio de esa manera tan inútil y patética.
-¡Bien, nos vemos mañana entonces, veamos que tal salgo en el periódico y en las noticias! ¡Te amo ma'!-La obligué a ir a la puerta y cerré de un portazo.
Sus prototipos baratos me habían perseguido toda la maldita vida ¡claro! ¿Quién seguía viviendo con sus madres a los casi veintiún años?
¿Callada, hombre de dinero? ¿Qué más; plancharle y esperarlo con la cena, no trabajar fuera de casa? ¡Siglo 21!
¡Su reputación pasaba por encima de mi cabeza! ¡Todo por su maldito dinero, del cual ni siquiera se hacía responsable: su club de madres adineradas me tenían las mejillas a doloridas!
Saqué un bolso del armario y bastante ropa para una semana en algún hotel. ¡Claro que para algo me servía el dinero a mí: escapar de él!
10.38 p.m.
Salía mientras ellos estaban dormidos.
Llevaba una mochila y un bolso al carro, pero al parecer otro tenía el plan de llevarme.
Al bajar la ventana mi sorpresa fue...amarga.
-Si quieres quemar la casa, no voy a posar frente a ella. La prensa no es mi cosa.-Me dirigí a mi coche, que estaba delante.
-¡Joder!-Oí su puerta cerrar y sus pasos acelerar hasta mí.-Oye.-Me cogió el brazo con una mano. Sus dedos enterrados me dolían y lo notó.-Me pasé y lo siento, enserio.-Sacudí mi lado izquierdo para zafarme y seguir, claro que junto a él mi fuerza era ridícula.
-Ya, a ver al fotógrafo de tu asiento trasero. ¿Qué dirá mañana la primera plana? ¿"Hija de los súper millonarios con un amigo bien cabrón"¿-El rubio frunció el ceño.
-Es lo peor que pudiste inventar.-Su sonrisa era algo que vagamente me había dado de casualidad un par de veces y se me olvidaba por dos segundos lo enfermante que era.
-¿Puedo irme ya?-Bufé.
-No.-Rodó los ojos, como gesto de obviedad.-Mo se la pasó llorando.
-¿Y por qué no viene ella?
-Porque pensó que se haría un alboroto de las mil putas, así que vine yo a domarte.-Me guiñó un ojo y yo aveciné un puñetazo a su estómago.
-Nadie me va a domar ni un pestañeo, que ya tengo mucho con mi madre intentando hacerme parecer más a esa bola de estirados.-Trent rió, aceptando mi burla con ira.
Solté mi articulación de su agarre.
-Me gusta cuando pareces ruda o un poco ebria.-Admite y yo le levanto mi dedo de en medio.-¿A donde ibas?
-¿Quieres un GPS o algo más?-Se cruzó de brazos y yo le imité. Vale, iba enserio.-A un hotel.
-¿Te corrieron de casa?
-De hecho estoy huyendo.
-¿Sabes qué es mejor que uno de esos, demasiado limpios, caros y aburridos, hoteles?-Intenté aguantar la sonrisa extraña que hacía mi cara temblar.-Mi casa, así que...-Tomó el bolso más grande que de mi hombro colgaba y volteó a su jeep.-¿Aceptas?
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Punk
Teen FictionEran cambios para mí. Entré a un mundo en el que cualquier forma de pensar era la correcta y podía ser yo, sin pretender más. La sociedad cada vez estaba ausentándose en mi conciencia y su forma de dominar mentes ajenas.