Mente abierta

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El día lunes, como todos, siempre me era pesado, pero, a pesar de los locos cambios entre Mo y yo, estuvimos siempre juntas.
Martes: Ella salió temprano de la universidad, me dijo que sus padres la habían decidido de meter a unas citas con un psiquiatra. Quise decirles que estaban mal, pero yo no entendía demasiado como para defender una postura sin base.
Miércoles: Me ha contado que su psiquiatra es una basura, "es la perfecta descripción de un estirado que se cree una primadonna por tener un papel enmarcado que lo acredita doctor". Ni siquiera la dejaba hablar, solo le tiraba mierda sobre que sus decisiones la llevarían a prisión y a ser una promiscua sin oficio.
Me molesté, enserio...supongo que él no tenía derecho de decir algo así, sin siquiera conocerla.
Jueves: Hablamos cosas acerca de que pasaría en la tocata del sábado y que, después de eso, habría una fiesta en casa de las gemelas. Estuve emocionada un momento y al otro quería llorar. Me asustaba que me terminaran apaleando o que me fuera arrestada...¡dios! Mi carrera pública se haría un viaje a "Nunca Jamás".
Y el día viernes salíamos del establecimiento, cuando llegó una de las chicas rubias, creo que era la que estaba con Mo en la fiesta.
La saludamos y nos siguió hasta el auto de mi amiga.
-Van, ¿podrías ir atrás?-Asentí sin preguntar razones, sin embargo me cuestionaba interiormente por qué no me quería a su lado esa vez.
-¿Dónde vamos?
-A hacernos tatuajes y explotar casas.-Me sonrió mi amiga por el retrovisor y yo hice una risa sarcástica.-Por ropa para ti, no irás con un Florentino a una tocata donde hay tipos rompiéndose el cuello.-La advertencia no sonaba en juego, enserio habría gente rompiéndose hasta...todo lo imaginablemente rompible.
Asentí, intentando naturalidad, pero de seguro se olía mi miedo.
Al bajar mi mirada, encontré algo que me pareció...inesperado y ya había tenido con muchas cosas, pero jamás pensé que hubiera tal secreto entre ambas.
La mano de Mo, apoyada en la palanca, era sostenida superiormente por la izquierda de la rubia.
-¿Y hace cuánto tiempo están juntas?-Solté en un tono cínico de simpatía.
La chica del copiloto intentó quitar la mano, pero la interrumpí.
-Oye, no, no tengo problemas con ello, es solo...¿por qué jamás me lo dijiste?-Acusé a Mo, ella estaba en estado de "sentir la culpa".
-Para mí no es algo que te tenga que decir, ni a nadie. Que me gusten las chicas es lo mismo que los chicos.
-Claro que no.-Repliqué.
-Sí. Los nombres como gays o lesbianas u homosexuales deberían no existir, el amor es amor y ya. ¿Alguna vez a un "hétero" le han preguntado si es hétero o no?-Entreabrí los labios y, como últimamente, me quedé sin respuesta.-Pero, si la pregunta en verdad es desde cuando...dos meses.-Asentí en silencio y giré la vista a la ventana, ya con suficiente en mi mente.
-Cuando Mo me dijo que eras su amiga, no podía creer que te hubiera atacado en estado de drogadicción.-Linda, así fue más sencillo reconocerla.
Lila estaba con otro chico de el grupito ese.
-Ya está, fue sin intención.-Le sonreí, en un intento de amabilidad.

Supuse que en verdad debía mantener por completo la "mente abierta".

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