Él no intentó mover sus manos de las mías y me parecía tanto como un buen acto de respeto como una ofensa, porque ya había criticado mi cuerpo antes, lo cual le daba razones para no querer intentar nada más con mi aburrido yo.
Finalmente, me senté en la orilla, sin darle la vista. Medio avergonzada.
-¿Estás bien?-Asentí solo con la cabeza y me levanté con lentitud. Necesitaba un espejo, ¿bien? Una auto critica o lo que sea.
No me detuvo, lo cual me hizo peor de lo que creí que sería.
Llegué a mirarme de frente, con una mueca de desconformidad en la cara. Tenía un repentino disgusto por mí.
Todo ese tiempo de dietas y ejercicios me dieron rabia.
B-36. Partamos por esa mierda. Nadie querría miraralas, es como ver cine antiguo, en vez del súper 3D.
Se me veían los malditos huesos de la espalda y la cadera y no tuve el valor de voltear a ver mi trasero de puerta.
Siempre traté de ser lo más delgada posible para entrar en esos costosos vestidos talla 3, porque nunca me interesó demasiado que los chicos alabaran mi figura, pero ahí estaba el tipo que me ponía a pensar con solo decir tonterías.
-¿Qué estás mirando?-Apareció por la puerta y, acto reflejo, intenté tapar mi cuerpo con las manos o con la toalla que estaba colgada a la salida de la ducha.
-Cuando oí el silencio y pensé en que te fuiste como fantasma, de pronto me pareció tonto que te haya preguntado si estabas bien, porque obviamente no lo estás.-Se acercó a mí, pero al final solo se sentó en la tapa del retrete.- La pregunta correcta es ¿qué hice mal ahora?- El hecho de que haya tomado el cargo por su cuenta me sorprendió momentáneamente y lo miré con culpa. Yo fui la débil, siempre lo he sido, era una mimada y eso es lo que pasaba.
No podía soportar una realidad que no fuera la mía, eso me hacía actuar como tonta junto a él y todo el grupo, gente directa que usaba su tiempo para pelear por el resto.
-Fue mi culpa, soy una niña mimada, Trent, ya se me pasa.-Envolví mi anatomía en la tela.
-¿Por qué te pones toalla? No es como si no te hubiera visto en bragas antes.-Silencio.-Van, no...Van era una broma, estás súper así.-Bufé y fui hasta la puerta ya bastante colmada.
Soy mujer, la bi-polaridad no se quita.-¡Dios! Vania, de que eres sorda lo eres y ciega también.-Pegué un golpe de puño en la maldita puerta y otro y otro en la pared.-¿Todo eso por tu cuerpo, niña?
-¡No! ¿Qué crees que soy qué: Hueca de mierda? ¡No haría tanto por un par de nalgas nuevas, es por ti y su grupo que me hace sentir inferior e ignorante! ¡Me reía de la gente que compraba en liquidaciones, mientras ustedes iban y peleaban por una justicia! ¡Me iba a vomitar la maldita comida, mientras ustedes tenían una vida! Y...¡por fin quiero tratar algo nuevo, quiero no ser como antes, porque jamás he dicho lo que de veras quiero y llegas tú y...quiero gustarte, incluso si eres un imbécil de primera línea, me gustas tú a mí, pero soy una persona sin una mente, sin un razonamiento, un más allá, incluso sin un maldito cuerpo!-La pequeña sonrisa que ilumina la cara de Trent me pone nerviosa.
Creo que hablé de más, creo que estaba avergonzada y era cierto, lo que dije.
Todo lo que últimamente ha pasado ahí, ha sido con él.
-Lo tienes, todo lo que dices que no, ahí está. Sino, no te miraría Walton como si fueras cerveza, no te verías bien en todo lo que te he visto entrar, yo no te vería como si quisiera...-Se calla, riéndose solo y vuelve a mirame. Ya está demasiado cerca y sus dedos se mueven para quitar la toalla.-Si no tuvieras una conciencia, no sabrías lo que quieres y no podrías comparar lo de antes con lo que eres ahora, una princesa de izquierda, que me gusta mucho y besa como diosa.-Me quedé con los labios entreabiertos y jadeantes, mientras él respondía con lo que yo quería escuchar. Un paso más, tanto físico como en nuestra muy rara amistad.-Solo no te toco porque no sé si es lo correcto y te molestaba porque amo tu rostro celoso.-Confesó y miró abajo.-Tienes otro arete, en el ombligo.-Sonreí de una vez por todas y me tensé al verlo agacharse, de rodillas y lamiendo las bolitas en mi zona perforada.
-Trent.
-Calla, hago lo que se debe hacer contigo.-Me dio una sonrisa divertida.-Te mimo.
•••
Chan chan!
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Punk
Teen FictionEran cambios para mí. Entré a un mundo en el que cualquier forma de pensar era la correcta y podía ser yo, sin pretender más. La sociedad cada vez estaba ausentándose en mi conciencia y su forma de dominar mentes ajenas.