26 ੈ♡ love / heartbreak

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pareja: yukisayo.
viñeta ♡
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Las luces de un lujoso restaurante resaltaban en toda la calle, había unas grandes ventanas donde se podían ver las mesas con manteles blancos junto a unas sillas de madera refinada y las personas con sus respectivas órdenes en ellas, por el ángulo de la misma ventana solo se alcanzaba a ver la mesa de postres pero se sabía que había todo un buffet.

Hina estaba paseando junto a Chisato intentando “camuflarse” hasta que vió el lugar y lo reconoció al instante, se acercó al vidrio e hizo algunas señas que confundieron a Chisato, haciendo que haga una mueca.

—¿Qué haces?— preguntó serenamente, clásico de ella.

—¡Ahí esta ella, hoy tiene una cita!— sonrió con orgullo, la rubia se acercó al espejo para que ver que era la hermana de la guitarrista la que se encontraba adentro junto a la vocalista de roselia.

—Vaya, ¿acaso te lo contó?— miró devuelta a Hina, que se notaba bastante animada.

—¡Sí! también me sorprendió, parecía muy emocionada también, ¡esto es tan boppin'!— Chisato sonrió sarcásticamente al pensar en aquella seria chica emocionada por una cita.

Ambas chicas se retiraron de aquella calle caminando, adentro del lugar ambas chicas discutían sobre una canción que habían estado trabajando mientras terminaban de comer.

Y lo que había dicho Hina era cierto; Sayo estaba increíblemente contenta debajo de su formalidad y seriedad habitual, se podía notar de vez en cuando cuando sonreía sin darse cuenta al oír las ideas de Yukina, asomando ligeramente sus dientes de vez en cuando cuando soltaba una corta risa, su corazón resonaba de emoción y se veía muy ligeramente el rubor en sus orejas que la tenía tan indefensa.

Después de tanto hablar, ambas se dieron cuenta de que iba a hacerse tarde pronto.

—La cuenta, por favor.— habló Yukina, al ver el número final sacó su billetera disponiéndose a colocar como mínimo la mitad, como tenía acostumbrado.

—Minato-san, yo pagó.

La tomó por sorpresa eso por la cantidad de dinero que habían gustado, y aunque iba a insistir en dividirlo Sayo ya se había adelantado a pagar y la dejó con la boca cerrada.

Ambas caminaron hacía la salida para irse, Yukina estaba apunto de llamar a algún taxi para que la llevará a su casa pero Sayo tosió llamando su atención.

—¿Te molesta acompañarme a otro lado?

Dado un leve asentimiento, caminaron menos de una calle hacía un lugar donde había un par de bancos en los cuáles decidieron sentarse.

—Minato-san, no te invité solo para hablar de la banda.— retiró un mechón de su cara para tomar aire, parecía muy nerviosa.— hace mucho estuve planeando esto y quería decírtelo adecuadamente.

Levantó la mirada, con claro rubor en sus mejillas y una leve sonrisa que no era común en ella.

—Estoy enamorada de ti hace tiempo, no encontraba forma de decírtelo y terminé por elegir esto.— Yukina estaba en silencio, con los ojos abiertos.— sé que mereces más que esto e intentaré mejorar si me das la oportunidad.

Una pequeña pausa de unos segundos se presentó.

—¿Saldrías conmigo?

Hubo un silencio incómodo que pareció durar horas por mas que fueran minutos, Sayo comenzaba a sentir un nudo en la garganta al ver que Yukina estaba viéndola con algo de pena, bajando la mirada.

—Me... Me halaga que hicieras esto, en serio.— eso no iba a terminar bien.— pero ya estoy saliendo con alguien, lo siento mucho.

Sayo quedó en silencio igual que ella, tragó saliva y se levantó del banco.

—Lo entiendo.— dió un leve asentimiento, dispuesta a caminar.— te deseo lo mejor.

Yukina no alcanzó a decir nada; pues Sayo ya se había ido, reteniendo las lágrimas que querían escaparse de sus ojos cristalizados mientras daba paso por paso.

[...]

Eso fue hace dos días, la rutina de Sayo se basaba en estar seria como lo hacía normalmente, ir caminando a casa y entrar lentamente a su cuarto para tirarse a la cama con los ojos llorosos.

Sayo Hikawa, quién nunca había sufrido ni una sola ruptura amorosa, estaba llorando en su cama porque la primera persona que la enamoró no le correspondía.

Se escucharon pasos a la distancia, pasos que Sayo no distinguía entre sollozos, escondiendo su cara entre sus manos a su vez que el dolor que sentía se volvía insoportable.

—Toc toc...— se escuchó la voz de Hina, entrando en silencio.

—¿Qué quieres?

—Deberías decir “¿quién es?”, onee-chan.— sonrió débilmente caminando hasta su cama para sentarse, hasta ella se veía desanimada por lo que había pasado.— ¿sigues triste por eso?

Sayo se quedó callada para después parpadear, dejando que gruesas lágrimas caigan sobre sus mejillas.

Hina se acercó con cuidado para abrazarla suavemente, acariciando su pelo mientras hablaba.

—Esta bien, tranquila.— Sayo volvió a llorar sobre el hombro de Hina, aferrándose mientras escondía la cara. Su corazón dolía como si alguien hubiese dado un golpe seco directamente ahí, sus manos temblaban y le costaba mantenerse firme.— onee-chan...

—¿P-por qué, Hina? ¿por qué?— murmuraba con dificultad.

—Ya va a pasar, no te preocupes.

Intentando calmar su respiración, cerró los ojos mientras seguía sosteniendose del abrazo de su hermana. Incluso le costaba lo primero ya que su llanto la sofocaba.

Sayo podía soportar ciertas cosas, pero no pensó que una de las más difíciles sería el rechazo.

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fuckity fuck, ¿por qué todo lo que
escribo nUNCA llega a las 1000 palabras?

FICTOBER2019 ✧ bang! dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora