Odín sentado en su trono contemplaba a sus hijos, Thor y Loki. Este último encadenado de pies a manos, sin poder hablar a causa del gran metal que cubre su boca en un desesperado acto de impedir, que su mordaz lengua haga acto de precencia en aquel juicio. Por más que sus palabras hubieran sido calladas, su mirada de puro odio y rencor hacia el padre de todos era suficiente para que el ambiente en la sala se vislumbrara denso, cargado de sus hostiles sentimientos frente al hipócrita mentiroso, que una vez había llamado padre.
El dios del trueno miraba con seriedad al anciano, mientras sujetaba por el brazo al azabache. Su hermano había hecho mucho mal en Midgard, sería difícil para el rubio perdonar tales atrocidades, pero aunque el Dios del engaño necesitaba un duro castigo, Thor saltaría en defensa de él, si Odín lo sentenciaba a muerte. Pues era consciente de que su madre no soportaría una segunda muerte de su hijo predilecto.
Adoptado o no, Loki siempre sería un hermano para el rubio, un hijo para la reina Frigga. Pero con respecto a Odín, el dios no lo tenía tan claro, el pelinegro no había dejado de darle disgusto tras disgusto al padre de todos, quien era conocido por su poca paciencia e indulgencia.
El anciano dios, se levantó exhalando un gran suspiro de cansancio. Lanzó una mirada a su reina, quien junto al trono observaba todo con una notable cara de pesar, de impotencia ante aquella escena que sus vidriosos ojos miel contemplaban.
Ni siquiera había tenido la oportunidad de abrazar a su hijo menor, Odín le había prohibido como su rey acercarse o hablar con el traidor de los nueve reinos. Nunca se negaba a una orden de su esposo, pero ver aquel trato que le proporcionaba a su pequeño, la estaba matando por dentro. Deseaba poder hacer algo, defenderlo, pero no podía ir contra las órdenes del rey o al menos eso era lo que siempre se decía para apasiguar momentáneamente su culpa. Ella era tan culpable como Odín de que el azabache hubiera tomado un rumbo tan torcido en su vida y esa culpa la perseguiria de por vida junto al resto de sus errores como madre.
──Loki. ──Pronunció el anciano, las arrugas de su frente se unían en un fruncido ceño. ──¿Qué voy a hacer contigo? ¿Debo condenarte a muerte por tu traición y fechorías? ──Thor intentó decir algo, pero el monarca lanzó una mirada que no toleraba interrupciones. El azabache permanecía impasible ante las palabras de su falso padre, negándose a mostrar debilidad frente a su verdugo. ──¡Solo traes la muerte y la deshonra de Asgard allá por donde vayas!
El dios de las mentiras los fulmino con la mirada, perdiendo ligeramente el control de sus emociones. Todo sus actos habían sido en honor a Asgard, en honor a Odín, para que le reconociera como uno más, para demostrar su valía como príncipe del reino. ¿Y lo de Midgar? Loki ya ni se molestaba en hablar sobre ello, había intentado explicar la situación, lo ocurrido con Thanos... Pero ¿Quien iba a creer al Dios de las mentiras? ¿Quien iba a creer, que su locura por gobernar a los mortales era producto del control al que le habían sometido? Sus captores y torturadores habían alimentado su odio, su rencor, todos esos sentimientos negativos que le devoraban por dentro. Emociones, que se habían intensificado ferozmente desde el descubrimiento de su verdadera naturaleza. Consiguiendo que se perdiera en un pozo oscuro y caótico del que no pudo librarse hasta el ataque de la bestia verde.
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The God of Stories •|Loki Laufeyson|•
Fanfiction❝𝐒𝐮 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐩𝐨𝐫 𝐞́𝐥 𝐥𝐚 𝐡𝐚𝐜𝐢𝐚 𝐩𝐞𝐥𝐢𝐠𝐫𝐨𝐬𝐚❞ | Tras debilitarse el hechizo, que Odín impuso a Loki al desterrarlo a Midgard. El dios de las mentiras resurje en el centro de Londres dando se cuenta de que ha vivido como un simple h...