• 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐈𝐗

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Cerró la puerta del baño de la suite y se dejó caer en la tapa del inodoro mientras se encorvaba

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Cerró la puerta del baño de la suite y se dejó caer en la tapa del inodoro mientras se encorvaba. Sentía la boca seca, como la bilis amenazaba por subirle hasta la garganta. La mirada de Loki se perdía entre los brillantes azulejos color marfil del suelo, y sus labios apretados en una fina línea, luchaban por no soltar un grito de frustración. Los recuerdos de aquel fatídico día, veinte años atrás, se amontonaban en su cabeza, mortificandole sin compasión alguna.

—Loki. —La voz de Alexandra al otro lado de la puerta lo devolvió a la realidad. —Voy un momento a recepción. Haber si nos pueden cambiar a una suite con otro dormitorio ¿Necesitas algo?

—No. —Gruño. —Déjame solo, no estoy de humor.

—Nunca estás de humor... —Dijo ella con cierta impotencia en la voz. Por el ruido de sus pasos, a Loki le dio la sensación de que por fin se alejaba de la puerta y se marchaba.

Cuando el absoluto silencio de la habitación de hotel, le confirmó la ausencia de la mortal, el azabache se permitió soltar un grito.

Se llevó las manos a la cara, dejó que todos esos sentimientos encontrados, brotarán fuera de su cuerpo seguidos de una desquiciada y amarga risa.

La vida podía haberle dado algunos palos. —Descubrir sus verdaderos orígenes, el desprecio de Odín, la tortura a la que Thanos le había sometido y de la cual, aún tenía horribles secuelas, su exilió mortal... —. Pero aquello, le parecía el golpe más bajo y rastrero que pudieran darle. ¿No había sufrido ya suficiente? Al parecer no, pensaba Loki al borde del caos.

Si no se hubiera ofrecido a esa maldita misión. Si tan solo, el hechizo no le hubiera impactado al padre de Alexandra por error...

Irónicamente, en otro momento de su vida, ni siquiera se hubiera visto afectado por rememorar aquello.

Los humanos eran seres frágiles, su esperanza de vida era corta, cualquier cosa podía matarles. Por lo que, una vida más o menos, no importaba. Ser capaz de arrebatar una vida, sin que aquello perturbara su sueño, era algo con lo que adoctrinaban a los jóvenes asgardianos. Eran un pueblo de guerreros, perfectamente entrenados para matar a la mínima orden de Odín ¿Que se podía esperar?

Sin embargo, Loki empezaba a aceptar el hecho de que estaba cambiando, para bien o para mal. Alexandra lo había cambiado en el instante que se encontró con su versión mortal y decidió permanecer a su lado.

Hizo adicto a Tom de su calidez, de aquel carácter fuerte pero dulce al mismo tiempo. Lo hizo adicto de la arrolladora inteligencia que poseía, la hipnótica mirada de aquellos ojos castaños, que con tanto amor le observaban. Y así, como volvió dependiente a su versión mortal, también lo hizo con él, un dios. Porque esa mujer tenía la habilidad, para atravesar todos los muros de protección, que se había impuesto desde niño, llegando a tocar su podrido y negro corazón. Logrando, que su perspectiva de las cosas empezará a cambiar.

The God of Stories •|Loki Laufeyson|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora