• 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐈𝐈

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—¿Madre? —Loki apartó su vista del libro al percatarse de la figura de Frigga

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—¿Madre? —Loki apartó su vista del libro al percatarse de la figura de Frigga. Aquello lo extraño, se suponía que tenía prohibido verle.

La mujer le dedicó una cálida sonrisa e hizo una seña al guardia para que la puerta se manifestará en la celda de su hijo menor. El príncipe observó cauto las acciones de su madre. ¿Qué pretendía? Dejó el libro aún lado de la mesilla y se puso en pie, avanzando hasta quedar cerca del cristal.

—¿Qué haces aquí madre? —Pregunto curioso.

—He venido a liberarte. —Dijo ella con serenidad, atenta a la reacción de su hijo.

—¡No creo que a Odín le agrade eso! —Comentó burlón. Cruzándose de brazos algo desconcertado por la situación.

—Mi querido niño. Ha sido tu padre quien me manda a poner fin tu estancia en las mazmorras.

—¡¿Que?! —Soltó Loki haciendo una mueca de confusión, sus cejas se alzaron sin entender nada. Aquello debía ser una broma ¿No? El padre de todos estaba jugando con él antes de sentenciarlo de por vida.

—No es ninguna broma. —Comentó Frigga, sabiendo perfectamente lo que podía estar pasando por su cabeza. —¡Ahora salgamos de este lugar! Y busquemos un sitio más cómodo. Hay varias cosas de las que tenemos que hablar Loki. —El dios de las mentiras asintió con la cabeza a las palabras de su madre.

¿Que había hecho cambiar tan drásticamente de opinión a Odín? Se preguntó por un instante fugaz. Aquella era una situación fuera de lo común y tal vez si hubiera sido otra persona quien le hubiera dado la noticia, Loki se hubiera mostrado receloso y desconfiado ante su inesperada libertad, pero siendo su madre, no podía más que sentirse agradecido creyendo que había sido ella quien había convencido al monarca.

Cuando salió de la celda, no fue capaz de reprimir la acción de abrazar a su madre, quien lo recibió con los brazos abiertos. Estuvieron así por unos minutos, apreciando ese momento madre e hijo que ya pocas veces se daba a cabo. Tras romper el abrazo, Frigga colocó su mano en el hombro del dios.

—¿Nos vamos? —Preguntó. Loki asintió con la cabeza y ella cerró los ojos al mismo tiempo que susurraba algo que el príncipe identificó como un hechizo de teletransportación.

Un resplandor dorado y cálido empezó a envolver el cuerpo de ambos, el azabache tuvo que entrecerrar los ojos debido al brillo cegador que emanaba de ambos cuerpos, producto del hechizo. En cuestión de segundos empezó a sentir como una ligera brisa movía sus cabellos y el olor a flores inundó por completo sus fosas nasales. Al abrir los ojos, no pudo evitar que una ligera sonrisa escapara de sus labios. Estaban en el jardín personal de Frigga, un lugar ''secreto'', por ser contadas las personas que tenían el permiso de visitarlo. Incluso su ubicación exacta en el palacio de Valaskjalf era un misterio para la mayoría de residentes. Se solía rumorear que el lugar estaba hechizado, y que el pasillo que llevaba hasta el jardín sólo se mostraba a aquellos que dispusieran de la plena aprobación y confianza de la diosa.

The God of Stories •|Loki Laufeyson|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora