❝𝐒𝐮 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐩𝐨𝐫 𝐞́𝐥 𝐥𝐚 𝐡𝐚𝐜𝐢𝐚 𝐩𝐞𝐥𝐢𝐠𝐫𝐨𝐬𝐚❞ | Tras debilitarse el hechizo, que Odín impuso a Loki al desterrarlo a Midgard. El dios de las mentiras resurje en el centro de Londres dando se cuenta de que ha vivido como un simple h...
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Apretó el puente de su nariz y dejó escapar un gruñido de exasperación. Si algo había que pusiera de muy mal humor al dios de las mentiras era que interrumpieran su lectura y más si aquello que perturbaba su concentración era un estridente sonido. En este caso, el sonido que no dejaba de producir aquel aparato midgardiana, que la mortal denominaba ''teléfono''.
Llevaba sonando sin cesar desde que Alexandra había regresado del supermercado e incluso mientras preparaba el almuerzo, por lo que en más de una ocasión había tenido que dejar lo que estaba haciendo para contestar. Ella le había explicado que aquella insistencia telefónica solía ser normal de vez en cuando, era alguien importante en el mundo de la arqueología y lamentablemente eran muchos los que contaban con su número.
—¡Me voy a duchar! Si suena el móvil no te molestes en contestar. —Comentó ella antes de desaparecer por el pasillo. —Las llamadas importantes ya las recibí al medio día.
—¡Mortal! —Alzó la voz, pero no hubo respuesta. ¿Que se suponía que estaba haciendo en el baño, para tardar tanto?
Soltó una maldición, era la quinta vez que sonaba. Sin poder evitarlo, se levantó dejando el nuevo libro que Alexandra le había prestado, en la mesilla frente al sofá. Con un notable enfado y teniendo que contenerse para no destrozar el maldito aparato, lo agarró y contestó.
—¿Doctora DiAngelo? —Preguntó una voz femenina bastante chillona.
—No. ¿Qué quiere? —Dijo Loki frunciendo el ceño y apunto de colgar.
—Uy, que carácter. —Gruño por lo bajo al escuchar el nada sutil comentario de quien fuera esa mujer. —Supongo que usted debe ser el señor Tom Hiddleston ¿Estoy en lo correcto? —Una mueca se reflejó en la cara del dios, detestaba ese nombre tanto como a su contraparte mortal.
—Si.
—¡Perfecto! Soy Victoria Harrison, secretaria del señor Jonsson, como sabra. —El dios quiso responder que no tenía ni idea de quienes eran, pero la mujer no le dejó ni un segundo, hablaba demasiado rápido. —Necesito que le diga, que el señor Jonsson ya ha hecho la reserva de habitación en el Hotel Liberty.
Loki frunció aún más el ceño si es que eso era posible. Analizó la información que aquella señora le había proporcionado y había llegado a la conclusión de que no le agradaba nada no saber de qué iba todo eso. Un ligero revoltijo se manifestó en la parte baja del abdomen, le subió hasta la garganta y dejó una amarga sensación en su boca.
—Oh, una última cosa. —Dijo la interlocutora sin esperar respuesta. —Mi jefe, quiere hacerle saber a la doctora, que está ansioso por volver a verla y que se alegra muc..
El teléfono cayó al piso, destrozado sin piedad alguna por la mano del príncipe. No lo hizo aposta, pero tampoco era como si se arrepintiera, es más, ni siquiera se le pasaba por la cabeza nada que no fueran las palabras de esa mujer ''Ha reservado una habitación. Está ansioso por volver a verla''
