Recuerda el día que su madre murió, el día que su padre llegó a intentar "limar asperezas", los abusos y maltratos, las cantaletas y gritos.
Las humillaciones, engaños y traiciones.
Recuerda todo.
¿Por qué Mateo puede estar feliz siendo tan egoísta? Está consciente de que él no es una buena persona, pero sabe que su padre es mil veces peor y aun así es capaz de recibir esa clase de afecto.
¿Por qué?
No puede decir, solo ve el rostro radiante de su padre que parece burlarse en su cara mientras sostiene la mano de Erick y la acaricia levemente.
Se ha quedado sin palabras desde que se enteró de la noticia, totalmente estático e indefenso.
─Joel, ¿Estás bien?─pregunta Erick soltándose del agarre de su prometido─¿Sucede algo?
─Déjalo, está impactado con la noticia─intercede Mateo volviendo a tomarlo─ vamos a comprar algo para desayunar y cuando volvamos lo hablamos, ¿Sí?
Joel no dice ni hace nada, se queda callado viendo a esos dos.
─Bien, vamos─dice su padre y jala a Er para que lo siga a la calle.
Todo fue en vano.
En cuanto se van corre a su habitación y se encierra para evitar dar explicaciones cuando lleguen, toma un jarrón que adorna su buró y lo arroja contra la pared con toda su fuerza.
Toma las cobijas de su cama y tira de ellas arrojándolas al suelo, la rabieta que está haciendo no se compara siquiera un poco con lo destrozado que se siente por dentro y es que la vida no es justa.
No se lo merece.
Sabe que el tampoco, no se merece a Erick, él es bueno pero Joel solo quiere cogérselo.
Al principio pensó que su padre buscaba lo mismo, pero ahora se da cuenta que no.
No solo son novios en serio, sino que están comprometidos.
Van a casarse.
Decide echarse a la cama y hacerse el dormido en caso de que lleguen, no quiere hablar con ellos ni con nadie, no quiere nada más que encerrarse en sí mismo como ha hecho desde que llegó a esa casa.
Maldice el día en que llegó, ni siquiera sabe porque su padre ha puesto tanto empeño en que se quede con él al punto de evitar que consiga trabajo para independizare, es sumamente calculador y manipulador.
De tal padre tal hijo después de todo.
Escucha la puerta principal ser abierta, han llegado.
Su nombre es gritado desde la planta baja que ha decidido hacer como si no escuchara nada, quiere dormir.
Quiere olvidarse.
Después de un par de intentos se dan por vencidos dejándolo tranquilo, ya que no escucha que lo nombren decide dormir un poco, olvidar por lo menos un par de horas todas las cosas que han pasado.
Y tomar fuerza para lo que viene, porque conociendo a Mateo esto es solo inicio de todo.
Los días pasan y cada vez parecen más largos, va a la escuela y de ahí a casa de Christopher saltándose la parte de espiar a Erick en su trabajo.
Le parece extraño que siga trabajando, sabe que su padre tiene mucho dinero, pero al mismo tiempo no le sorprende conociendo lo egoísta que es.
En vez de ir al centro comercial opta por perder el tiempo en casa de Chris , pero no se refugia más en el sexo.