Erick abre los ojos lentamente y se extiende al ver los rayos del sol, al ser sábado no debe despertar tan temprano porque Ben no va a la escuela, se sienta y se estira para relajarse, siente que ha dormido más de lo normal.
Toma su teléfono de la mesa de noche y lo enciende para ver la hora.
7:30
─Mierda ─maldice levantándose rápidamente, se le ha hecho tarde, ni siquiera escuchó la alarma.
Busca su ropa en los cajones, no se bañará esta mañana.
─Ben, debo irme, lamento no acompañarte a desayunar pero ya es tarde ─avisa y voltea a la cama pero ve que no está el niño─¿Ben?
─Por aquí ─avisa desde el comedor.
El ojiverde sale de la habitación corriendo, es raro que Benjamín se despierte antes que él.
─Ben, ya me voy ─dice poniéndose su camisa en el camino─te veré en la noche, no abras la puerta a nadie.
─Tarde, ya lo hizo ─avisa Joel que está en la mesa con una taza de café.
Er voltea sorprendido, estaba tan apurado que ni siquiera había notado que su sobrino no estaba solo.
─¿Joel, qué haces aquí? Bueno, ya es tarde, nos vemos.
─No vayas —pide poniéndose de pie ─desayuna con nosotros.
─No bromees con eso, ya debo irme.
─Er, escúchalo, solo tardara un segundo ─interviene Benjamín.
El nombrado rodó los ojos y les puso atención, asintiendo en señal de que los escucha.
─Bueno, creo que fue muy impulsivo de mi parte, pero ahora que lo hice no hay marcha atrás y me gustaría que creyeras en mí ─avisa dando rodeos al tema ─verás, yo, bueno...conseguí trabajo.
─Felicidades, ahora...
─No, espera ─pide bufando─tengo algo de dinero que me da pues, él, eso lo usaré para la escuela que es mi único gasto, lo del trabajo es un extra, un extra que quiero usar para ayudarte.
─¿Ayudarme? ¿De qué estás hablando?
─Hablo de que no será necesario que te desveles por tanto tiempo, puedes dejar de trabajar.
Erick se quedó callado al escuchar esa frase, lo último que se esperaba es que Joel, el mismo chico que le declaró su odio ahora quiere ayudarlo.
─Es mejor que te vayas, ya perdí demasiado tiempo ─avisa volviendo su camino a la puerta pero el rizado fue más rápido, se levantó de la silla y lo tomó de la muñeca para evitar que se vaya─Por favor, me regañarán.
─¿Alguna vez te he mentido? ─pregunta ignorando su petición.
─Joel...
─Responde.
Erick no quiere hacerlo porque sabe que no, que pese a todo Joel es un hombre de palabra, alguien que ha sabido cumplir lo que dice a pesar de las circunstancias.
─Benjamín, ve a la recamara un momento ─pide Er agachando la mirada.
─Me llamó Benjamín, esto es serio ─susurra el niño yendo a la recamara.
Erick levantó el rostro mirando de frente al más alto, le hizo una señal para que lo soltara pero se negó a obedecer, limitándose únicamente a alivianar un poco su agarre.
─¿Por qué? ─pregunta al comprender que no lo soltará─¿Por qué quieres hacer esto?
─Me gustaría responder, pero la verdad es que no lo sé.