Pasión tras la batalla

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No puedo creer que todo haya terminado. El estar aquí junto a mis amigos, viendo un nuevo amanecer. Todo parece muy irreal, como si estuviera en un sueño.

-"Oigan, no es que no me guste estar aquí pero, ¿no creen que deberiamos bajar a ayudar al resto del mundo a entender que esta pasando?"

La voz de Midna nos sacó a todos de nuestros pensamientos, incluso a mi.

-"Si, creo que seria lo mejor" dije mientras comenzaba a caminar, pero a los pocos pasos deje de sentir las piernas y casi caigo al suelo, pero Midna logró sostenerme de la cintura antes.

-"Tranquilo héroe, aún no te recuperas."

Zelda volvio a ayudarme a pararme mientras Farore trataba de aguantarse la risa. Con la ayuda de ambas, bajamos las escaleras y nos reunimos con todo el ejército, quienes aún en la confusión de la batalla nos vitorearon al bajar. Todos gritaban nuestros nombres y a duras penas pudimos pasar entre la multitud y nos dirigimos a un edificio cercano a la ciudadela, el cual era una especie de hotel. Me sorprendi al ver que no estaba destruido como el resto de la ciudad, pero parece que los monstruos lo habian usado como su casa anteriormente.

Zelda nos hablo a todos

-"Bien, mientras todo se calma, pueden hospedarse aqui. Yo debo ir a hablar con la gente y comenzar a ver la manera de reconstruir este lugar."

Zelda nos guio hasta el lobby del hotel y nos dijo que las habitaciones del cuarto piso no habian sufrido tantos daños como el resto.

-"Bien, pero nosotras debemos ayudar a la reconstrucción, ademas, el descanso es para mortales." Dijo Farore, con una enorme sonrisa en su rostro.

-"Es verdad, no es hora de descansar para nosotras." Agregó Nayru.

-"Además, no se pongan muy cómodos, los necesitaremos a todos para discutir que se hará a partir de ahora. Es importante que todos los líderes esten presentes."

-"Bien, en cuanto a mí, nada me caería mejor que un buen descanso, pero ¿alguien me ayuda a subir las escaleras?" Dije, tratando de sonar lo más lástimado posible.

-"Yo te ayudo" respondió Midna.

-"Mid, no es que no quiera tu ayuda, pero eres demasiado alta...."

No pude terminar de hablar, ya que Midna me tomo en sus brazos y me cargo, como si de una novia en una boda se tratase. Pude sentir como mi rostro se calentaba de la vergüenza, acción que solo causo que Midna se riera. Me habría molestado si no hubiera sido por lo mucho que extrañaba esa risa, su risa.

Ella subió las gradas hasta llegar a mi habitación. Al entrar noté que todo estaba hecho un desastre, muebles rotos, pedazos de vidrio tirados en el suelo, etc. Por suerte la puerta aún servía y la cama estaba intacta, como cosa rara.

-"Vaya, y yo que creí que nada podía ser más desastroso que tu casa" dijo Midna, en un tono retador.

Con un simple movimiento de su cabeza, todo volvio al lugar donde debía. Todo lo roto volvio a armarse.

-"¡Vaya! Ahora entiendo porque siempre tienes todo ordenado, para ti es fácil" dije, tratando de ocultar un poco mi envidia.

Midna se limitó a reír y me dejó recostado sobre mi cama. Se dirigió hacia la puerta y la cerró con llave, con la peculiaridad de que ella seguía adentro. Instintivamente tragué saliva ¿que estaba planeando?

-"Ehh, Mid, ¿que pasa?"

Midna me volteo a ver y comenzó a quitarse el tocado de la cabeza, dejando libre su pelo.

Saga del Crepúsculo Pt2: La batalla de los dos reinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora