Capitulo 11 : Adam

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Habían pasado varios días de mi encuentro con Chloe, no se porqué me quedé tan sorprendido pero esos ojos aparecían como fotos en mi mente una y otra vez, a veces me desconcertaba y otras tantas me enfadaba no entendía porqué ella aparecía en mi mente de esa forma tan repentina, me enfadaba no tener control sobre eso, no tener control sobre mi mente ni sobre mis pensamientos.

-Charlotte- dije un tono serio y ella vino enseguida -Seguiré trabajando desde casa necesito descansar- hice un pequeño masaje circular en mis sienes

-¿Está bien señor Adam?- asentí y guardé el ordenador en el maletín -¿Necesita algo?- negué

-Retrase todas las reuniones con los abogados, póngalas para mañana

-Está bien, que se mejore señor- asentí- Ah una cosa - me giré y la miré

-La asistenta está en casa ¿La llamo para que se vaya?

-No, tranquila. Hasta mañana- cogi el ascensor y bajé hacia el garaje, me monté en el coche y suspiré, no estoy llevando muy buena semana ha estado todo patas arriba por diferentes motivos y a penas podía concentrarme en el trabajo y tenemos en manos algo bastante importante para la empresa ya que la extenderíamos por la china y eso es algo que nos conviene y mucho, en Asia se llevaría a cabo un buen negocio de comercio. Llegué a casa en poco tiempo, mi instinto quería ver a Chloe, hacía varios días que no la veía y era normal le expresé claramente que no quería verla por allí, además la señora Charlotte le avisó de que no dejara más notitas y se ciñera a las normas pero no sé porqué con ella las normas no me importaban, y eso era algo que me frustraba bastante ¿Por qué demonios soy tan blando con ella?. Entré en casa y escuché música puesta, "The Vow" de RuthAnne, en la parte baja no había nadie así que supuse que Chloe estaría arriba y así fue, al subir las escaleras oí como cantaba, me paré en el pasillo y la vi con la fregona cantando su cabello suelto moviéndose con el aire y a la par de sus movimientos, estaba de espaldas a mí, me crucé de brazos y me puse en la esquina a observarla y entonces ella se giró y dio un sobre salto

-¡Dios!- gritó

-De momento solo soy Adam pero sí, podría ser el dios de las empresas - quité la pose que antes tenía y comencé a caminar hacia donde se encontraba

-¿Qué, qué hace aquí?- miró su reloj -Sólo son las dos y media- sus mejillas estaban coloradas

-Quería trabajar desde casa ¿Algún problema?- ella negó lentamente, asentí y di otro paso más hacia ella, me miró nerviosa a los ojos

-No pise está fregado- dijo con un hilo de voz debido a mi cercanía, alcé una ceja y me acerqué aún más, agaché mi cara para ponerla a la altura de la suya y sus nervios se vieron reflejados en sus ojos

-Es mi casa no lo olvide

-Pero limpio yo- carraspeó y se echó para atrás como sorprendida de lo que había dicho, cogió una actitud firme y puso una sonrisa de oreja a oreja sin dejar que se le vieran los dientes, negué con la cabeza "esta chica no es normal" pensé

-A no ser que la despida- ella quitó enseguida la sonrisa - No se atreva a desafiarme señorita recuerde que soy su jefe, solo me ducharé y bajaré al salón a trabajar, así que déjeme pasar - se echó hacia un lado y la oí suspirar. Ingresé en la ducha y negué riendo, nadie nunca me había hablado así ni siquiera Estela, ella nunca se atrevería a hablarme de ese modo pero tampoco es normal que sobrepase ciertos límites si sabe que soy su jefe, no podría permitirlo. Salí de la ducha y me puse un chándal para estar cómodo por aquí, salí y bajé a la parte de abajo. Ella estaba en la cocina sacando ingredientes supongo que al no haberla dejado limpiar arriba no tuvo más remedio que ponerse a cocinar, me eché un vaso de agua observando cómo cortaba los alimentos, me giré y me dirigí hacia el jardín, prefería estar en el jardín ya que hacia muy buen día y prefería estar al aire libre aunque solo sea un rato.

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