Capitulo 5: ¡Mierda!

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De camino a casa decidí pasarme por el refugio de animales, varios días a la semana cuando tenía tiempo y salía del trabajo no muy tarde venía de voluntaria aquí para lavarlos, darles de comer o pasar rato con ellos y darles amor que es lo más importante. Los veo tan indefensos que me da muchísima pena que sufran, que estén en la calle, que pasen frío o hambre; ellos no pueden hablar, no pueden expresar sus sentimientos, es decir, si tienen hambre no te lo pueden decir o sed por eso me duele tanto ver a animales sufriendo ¿Cómo alguien le podría hacer daño a esas cositas? Sólo con verles la cara se me enternece el corazón, no sé si tengo pasión por ellos pero amarlos sí, y mucho, aunque también se sufre mucho con ellos y más en el refugio.

-¡Buenas tardes! - dije al entrar, me puse una bata que dan para que no nos manchemos la ropa y dejé el bolso en mi taquilla

-Hola Chloe, que tal todo- dijo el director del refugio

-Pues a decir verdad, todo muy bien. ¿Cómo está Nala?- me hice una pequeña cola

-Está mejorando favorablemente pero con nosotros no quiere comer, no nos permite a penas acercarnos a la jaula

-Iré yo, llevo dos años con ella a ver si conmigo quiere- alcé los hombros y me dirigí hacia su jaula. La llamé dulcemente para que se acercara, al principio salía con miedo, a penas daba un paso pero cuando abrí la jaula salió disparada para abalanzarse encima mia, es una pastor alemán tiene 3 años y fue maltratada por una familia ,la encontré en la calle y la traje aquí por eso tenemos un vínculo tan cercano. Las heridas que tenía tardaron mucho en curarse, es más la tuvimos que operar varias veces.

-Ven pequeña vamos a comer- le acerqué el cuenco pero seguía mirándome, hice como la que comía del cuenco para que hiciera lo mismo que yo y lo hizo. Sonreí acariciándola, se comió todo y salimos a correr por el recinto que tienen para que tengan su pequeña libertad. Otros más se unieron a nuestro juego, cogi varias pelotas y corrí con ellos, me llenaba de amor jugar y verlos tan felices, las horas aquí se me pasaban voladas nunca me daba cuenta que era la hora de cerrar o de irme

-Chloe tu teléfono está sonando - corrí hacia dentro y cogi mi móvil

-¿Si?- atendí la llamada sin mirar quién era

-Chloe te he llamado diez veces ¡Diez veces! Estaba preocupada por ti, por si te habían secuestrado por el camino, si te había hecho algo ese hombre rico o incluso incluso ¡No sé!

-Rebecca tranquilízate sabes que apenas cojo el teléfono para casi nada- rei -Enseguida voy ¿Pasa algo?

-Ahora que tienes más tiempo quiero que pases más tiempo conmigo- rei -Venga te espero, voy a hacer té y compra algunas galletas

-Preferiría hacerlas yo

-Se enfriará el té, cómpralas, por una vez no pasa nada

-Bueno vale adiós - colgué y me despedí de todos los perros y del director. Compré algo por el camino y enseguida llegue a casa

-Aqui tienes tus galletas, he tardado bastante no me gustan las galletas hechas tienen demasiado producto químico, he intentado comprar las mejores- dije entrando y cerrando la puerta, me di la vuelta y la vi sentada en el sofá con el té preparado, suspiré y sonreí -Hola

-Hola- me sonrió

-Me cambio y vengo, me voy a ponerme cómoda - entré rápido en la ducha, me puse el pijama y salí

-Te has duchado y todo, pero has tardado poco es increíble - me senté a su lado y cogi mi té- ¿Qué tal? La casa, el ambiente, las normas, el dinero, ¡tú jefe!

-Llevo un día Re, pero la casa es alucinante no hay otra palabra para explicarlo, hay bastantes normas con la cocina : que me limite a los platos, la casa todo en su sitio, intentar tocas lo más mínimo - puse los ojos en blanco -Y mi jefe no tengo ni idea quien es, me tengo que ir antes de que llegue y llegar después de que se vaya según la señorita Charlotte así que, que raros sois los ricos- le di un pequeño codazo

Casual love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora