Capítulo 40: Jugando con las mentiras

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Ahora continuaremos en la conversación entre Khan y Jaymes. Para que no se pierdan de momento cuando empiecen a leer. 

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~Continuación del Flashback~

POV Omnisciente

Khan mantenía sus manos en el escritorio a modo ofensivo y Jaymes se quedó sin expresión alguna en su rostro. Cualquiera diría que ocultaba su reacción de sorpresa, pero realmente no sabía cómo reaccionar en ese instante. El ojiazul buscó en una de las gavetas y luego de dudar por unos breves segundos, sacó su arma decidido. Observó fijamente a Montanari que ahora tenía su mirada fija en la pistola. 

Toda su vida pasó por su mente a modo de flashback; su promesa de venganza, Larisha y su bebé que venía en camino. Estaba a punto de tener una familia que jamás pensó que necesitaría y ahora posiblemente iba a perder la vida en manos de su verdugo. Lamió sus labios ya que los sentía resecos, recuperó su postura y miró directamente a los ojos a Dickens.

- ¿Qué demonios haces, Khan?―le interrogó entre dientes y el otro ladeó su cabeza

- Lo mismo te pregunto, Montanari.―quitó el seguro a la pistola y le apuntó sin piedad

- ¿En serio te atreves apuntarme? ¿A mí?―preguntó cómo si le resultara irónico, claramente tenía que actuar como el que tenía aún el control

- ¿Por qué no lo puedo hacer, Jaymes?―sonrió ladeado -No tengo nada que perder y lo sabes...

- Me perderás a mí.―aclaró con autoridad

- Ya no eres indispensable y lo sabes, Montanari.―se encogió de hombros -Ya no eres el criminal con buena pinta que subió como la espuma y todos los empresarios buscaban hacer negocios con él.―chasqueó su lengua -Tienes competencia... y de la buena.―añadió

- Ninguno te ha sido fiel como yo, ninguno te puso en la cima como yo y ninguno te ha mantenido en ella... como yo.sonrió ladeado el hombre misterioso haciendo que la mano de Khan temblara un poco

- Te he visto como un hijo, recuerda.―Jaymes tragó su saliva que representaba la rabia que estaba creciendo al escuchar esas palabras

- Un padre no dudaría así de su hijo ni tampoco lo apuntaría con una pistola, al primer chisme que escucha sobre él.

- No es un chisme, ¡se trata de William!―exclamó

- ¡Ja! William...―dijo soltando una carcajada -El socio canadiense que te presentó Beckham; confías en la gente que te presenta ese criminal y no la mía, ¡luego dices verte como mi padre!―alzó sus manos alterado

- ¡Deja el sarcasmo, Jaymes!―el pelinegro rodó sus ojos

- ¡Deja tu desconfianza!―golpeó la mesa y ahora el que se sentía en aprietos era Khan -¡¿En serio te atreves apuntarme a mí con una pistola?!―preguntó nuevamente en un tono casi diabólico

- T...tranquilízate.―tartamudeó el corrupto con su mano temblorosa

- Baja el arma o mira hacia tu derecha...―el canoso volteó su cabeza y miró hacia la azotea de a un lado. En ésta se encontraba Xavier con un francotirador, cualquiera pensaría que matarlo en ese instante era lo correcto y todo esto acabaría, pero no es así... Khan ya no era el empresario que Jaymes conoció años atrás ni el empresario que su padre conoció. Ya ese hombre tenía una red de criminales a su alrededor y por el simple hecho de tenerlos pensaba que ya podía pisotear a cualquiera, incluso a Jaymes. Xavier comenzó a mover el puntero láser por toda la camisa de Dickens -Bájala... y hablaremos.Khan bajó el arma y se la extendió a Montanari que sostenía su mano en el aire esperando a que se la diera -Las personas no deberían jugar con esto, no son juguetes.―burló

Nunca es Mucho (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora