Capítulo 31: No todo es miel sobre hojuelas

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La foto de arriba es como más o menos me imagino la empresa de Khan Dickens. También habrá algún Gif de referencia.

Gracias a @RubiAneth por siempre ayudarme, sacar de tu tiempo y ser una gran beta reader, pero sobre todo una gran amiga. <3 (Beta reader es alguien que lee algunas partes de tu capítulo y brinda su opinión).

PD: Abajo les tengo un aviso algo serio, no se asunten, sólo quiero avisarles sobre algo.

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POV Omnisciente

Volveré...

Esto no se quedará así, no cantes victoria...

¿En serio crees que todo con Stephen acabó?

Acabó para ti, pero para mí, no...

Despertó al instante, volteó a mirar el reloj que tiene en la mesita de noche. Se percató que se levantó media hora antes que sonara la alarma. Miró a su izquierda donde unos brazos la abrazan y ahí estaba dormido él, como un ángel caído del cielo. Estaba tranquilo comparado a la noche anterior que tuvo que dormir solo. Por más que fue a visitarla, sintió esa inquietud por la noche, una que incrementó cuando su kitten le modeló su pijama de seda. Ambos cuerpos se estaban acostumbrando a dormir juntos en tan poco tiempo. Cualquiera diría que es algo exagerado, que es imposible enamorarse de esa manera, pero ellos dos están demostrando que fueron hechos el uno para el otro.

Ella estaba comenzando amar los lunares en el pecho de su hombre misterioso, posaba unos delicados besos en ellos sin que él se diera cuenta. Acariciaba la piel de su amado como si fueran unas sábanas de algodón. Él se veía sonriente mientras dormía, pero lo que ella no sabía es que estaba presente en los sueños profundos de su rey. Larisha simplemente se quedó observándolo con detenimiento, esperando a que despertara en cualquier momento.

- No quiero que ella vuelva, no te quiero perder...―se acurrucó en el pecho del hombre -Quiero amanecer todos los días de mi vida contigo.―besó nuevamente el pecho de Jaymes

- Entonces vivamos juntos...―murmuró él con su voz adormilada provocando que ella se exaltara -Buenos días, kitten.―besó la frente de su amada

- ¿Desde cuándo estabas despierto?―preguntó llena de curiosidad, quería saber si él escuchó lo que mencionó anteriormente

- Desde que dijiste que quieres amanecer todos los días de tu vida conmigo.―dio un golpecito en su nariz, provocando que ella cerrara sus ojos -Tan linda mi kitten...―besó su frente de nuevo -¿Por qué estás despierta tan temprano? Aún la alarma no suena, le faltan par de minutos...―ella tomó un gran suspiro -¿Qué pasó?

- Creo que tuve una pesadilla o una alucinación...―resopló con desespero -No estoy segura de ello...

- ¿Qué se supone que soñaste o alucinaste?―ella comenzó a acariciar el pecho de él mientras lo miraba detenidamente

- Me dijo que volverá, que la situación con Stephen no se acabó.―Montanari frunció su ceño y exhaló profundamente -Yo te dije que esto no sería fácil, amor. Estar conmigo es vivir a lo incierto, un día me tienes y al otro día o en par de minutos, tienes a otra al frente...―él pasó su mano por su cara y comenzó a negar con su cabeza

- No me importa, me importa un pepino lo que quiera Valindra o cualquiera que se aparezca ante mí.―enterró su mirada oscura en ella, provocando una corriente por su espina dorsal -De que me siento frustrado, sí eso no te lo puedo negar.―se sentó en la cama y ella hizo lo propio -Jamás me he enfrentado a un enemigo, si así se le puede llamar, de esta forma. ¿Cómo se supone que la haré reaccionar? ¿Qué más necesita?―se preguntaba mientras miraba a su novia -Siento que busca una forma de mortificarte y que no le importa un carajo Stephen. Sí, debe ser eso...―asintió para él mientras pensaba esa última oración

Nunca es Mucho (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora