NOTA: Esta historia está en edición. Se le estará arreglando el uso de guiones y cualquier error ortográfico y gramatical que se me haya pasado sin darme cuenta, ya que escribía mucho de madrugada. A partir de los capítulos, se notará la diferencia narrativa y ya no habrá el exceso de povs, ya que esta historia se comenzó cuando era una novata hace dos años atrás. Lamentablemente los comentarios ya no estarán al lado de los diálogos y pasarán a general, ya que Wattpad los remueve al editar. Algunos capítulos aunque ya parezcan editados, aun así no están al 100% y se seguirá trabajando en ellos. PD: Las imágenes entre medio de la historia, se irán eliminando.
________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Pov Omnisciente
Era un día soleado y caluroso. Perfecto para comer un buen helado. Larisha se dirigió hacia su heladería favorita, que queda junto a una cafetería que también suele visitar. Saludó a la cajera, a quien conoce desde pequeña, pidió su helado favorito y se sentó en la mesa de siempre; simplemente hoy será su día, lo presiente.
Hoy todo saldrá bien.
Estaba saboreando ese glorioso helado que siempre le trae tantos recuerdos de su niñez. Lo considera su curandero de toda la vida. Siempre que se ha sentido mal, triste o algo no le salía bien, venía y se comía uno. Es algo loco decir que ha sido su compañero en esta maldita soledad. Pero, ¿qué más da?
Todo marchaba tranquilo, nada nuevo para ella. Era algo típico de su rutina diaria. Pero no se imaginaba que su presentimiento en parte era cierto, ya que todo saldría bien, pero todo comenzaría aquí en esta heladería.
***
En otro lugar no tan lejano, a Stephen lo habían llamado del banco para informarle de una transacción que claramente no había hecho. Era de bastante dinero. Pero la única que podría haberlo hecho, era su esposa.
Procedió a llamarla para pedirle explicaciones, pero como siempre, ella le forma un pleito por cada cosa que Stephen le reclama. Algo que le cansa, ya que ella siempre puede reclamarle hasta por el más mínimo detalle. Pero si lo hacía Stephen, la mujer formaba la Tercera Guerra Mundial.
Empezó a discutir con su esposa mientras conducía.
LLAMADA TELEFÓNICA
―Sophie... Es la última vez que te repito lo mismo. No me hagas perder la paciencia. ¡POR FAVOR!
―¿Ahora yo soy la culpable de tu incompetencia? ¡Es que esto es increíble! Empiezas tú, la puta discusión, ¿y yo tengo la culpa? ¡Joder!
―Eres demasiado cínica a la verdad, si te llamé fue para informarte de que me llamaron del banco, que han sacado bastante dinero y obviamente quien tiene acceso eres tú... ¿Hasta cuándo vas a gastar innecesariamente? ¿Crees que somos ricos? Me parto el lomo en la empresa, tratando de ser el más competente para poder llevar la comida a casa para ti y para nuestro pequeño Christopher. Y tú simplemente te desvives gastando el dinero de compras y con tus amigas―
ESTÁS LEYENDO
Nunca es Mucho (EN EDICIÓN)
Romance"Si algo está destinado a suceder, no tendrás que perseguirlo... ¡Ese algo te perseguirá a ti!" Larisha, una mujer con un pasado desgarrador, pero no deja de ser misteriosa e indescifrable. Stephen, un hombre que oculta un secreto, está casado con...