~Felicidad absoluta~ (Eddsworld)

Capítulo 2

Trepó por la pared con algo de dificultad sin dejar caer la bolsa de comida, una vez llegado arriba se dejó caer por el otro lado y se balanceó por una tubería que lograba soportar su peso de milagro. Se agarró a la viga de hierro que estaba un tanto oxidado pero le servía para ir a su pequeño hogar.

El ruido de un helicóptero cercano le obligó a colocarse en las sombras evitando que la luz le diera de lleno, dio un pequeño suspiro cuando pasó de largo y siguió su camino a casa.

Una vez llegada a la entrada se dejó caer en el interior del edifico aterrizando de pie, miró por los barrotes de cristal fucsia encontrándose con su "compañero de piso".

-Hola, Matt, te traje comida. -Dio una sonrisa mostrando sus dientes ahora afilados.

El nombrado se acercó un poco a aquella especie de barrotes, lo miró durante un breve instante antes de seguir hablando.

-Aquí tienes, mi pequeño amigo, para que te alimentes. -Su cola pasó al otro lado donde el narcisista recogió la bolsa con cuidado.

-Gracias. -Farfulló por lo bajo mirando el contenido.

-Te traje un espejo para que te entretengas y eso. -Le comentó retrocediendo con suavidad.- Espero que no intentes escaparte otra vez, sabes que no puedes y no tengo ganas de ir a por otro botiquín.

Se volvió encontrándose con lo que debía interpretarse con un salón, el lugar tenía una alfombra aterciopelada de un color dorado además de que algunas vigas estaban decoradas por luces de Navidad apagadas por la falta de corriente en el lugar pero en su lugar tenía algunas velas encendidas encima de una pequeña mesa que había en el centro; a su lado había un sofá rojo que era conocido, lo había tomado prestado si podríamos decirlo así.

-¿Cuándo regresará Tim? -Quiso saber Matt desde su lugar.

-Está en un lugar mejor -respondió con tranquilidad.-, ¿acaso no puedes dejarlo tranquilo? Es muy feliz donde está.

No escuchó nada así que acercó al sofá donde se recostó con cuidado, se desabrochó algunos botones de su camiseta blanca.

-¿Feliz de verdad? -Preguntó de nuevo Matt.- ¿O está fingiendo ser feliz?

-Feliz de verdad -rodó la vista acomodando sus brazos detrás de su cabeza.-, no puede fingir.

-Sí puede, otra cosa es que lo sepas...

-Y otra cosa es que tú sepas dónde está él. -Se burló con suavidad mirando el techo agujereado de lo que debía ser una fábrica abandonada.

Hubo un silencio que se formaba por los sonidos ajenos de aquella situación, los helicópteros a veces pasaban encima suya causando que Otis sonriera divirtiera en su lugar. Era estúpido que se pusieran a buscar por ahí y no hubieran sospechado de nada.
Se acomodó en su lugar mirando las velas siendo consumidas por el fuego, ya no le daba tanto miedo como antes.

El hecho de escuchar como el narcisista parecía rebuscar en la bolsa le sacaba una pequeña sonrisa, sabía que estaba buscando algo que le ayudase en su escapada.

-Te repito que no intentes escapar de nuevo. -Le avisó una última vez antes se soltar una risa sorna.

-Solo estoy buscando el espejo. -Se excusó el contrario sin dejar de hacer ruido con la bolsa de plástico.

El de cuencas fucsias soltó otra risa pero esta vez un poco más fuerte.

-Es la cuarta vez que utilizas la misma excusa en la misma semana. -Se burló y al no dejar de escuchar el ruido soltó un suspiro.- Matt, no quiero tener que amarrarte como a un perro.

El ruido se detuvo en seco, ahora solo se trataba del sonido de la comida al ser colocado en algún lugar de su pequeña "jaula".
Respiró hondo al no escuchar nada más salvo ruidos normales, cerró sus párpados un poco cansado y decidió que repondría fuerzas. No recordaba la última vez que había tenido cuerpo propio.