Capítulo 7

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Volvían a encontrarse en el interior de la base revisando las cámaras de seguridad sin creerse demasiado lo que veían, el hecho de ver como una persona normal habría una pared en dos por la creación de simples cristales que se volvieron gigantes en cuestión de segundos hacia que se estremecieran; no sabían en dónde se habían metido. 
El de rojo se dejó caer en la silla que había delante de las cámaras viendo la reacción de los guardias yendo de un lado a otro en busca del peligros mientras la alarma continuaba sonando. Colocó sus manos entrelazadas para apoyar su barbilla en ellas pensativo.

-Tord... ¿Crees que es la misma cosa que tiene Tom? -La voz de Edd hizo que soltara un suspiro todavía pensativo.

-No lo sé... La verdad que no lo sé... -Cerró sus ojos para aclarar su cabeza, además de levantarse de su asiento agarró a su amigo del brazo para arrastrarlo afuera- Vamos.

Caminaron alrededor de la base sin dejar que el tiempo pasase, los soldados se encontraban reparando todo el destrozo que aquel monstruo había causado.

-¿Tord, adónde vamos? -Preguntó Edd detrás suya intentando mantener el mismo ritmo que el contrario pero al notar el silencio vacío del nombrado hizo una pequeña mueca- Tord...

Volvía a no haber respuesta lo cual le hizo detenerse de forma brusca logrando la atención del otro.

-Tord. -Le volvió a llamar de forma más firme viendo como el nombrado le miraba por encima del hombro con el rostro sombrío.- ¿A dónde estamos yendo?

-Iremos hablar con los compañeros de trabajo de Tom. -Respondió el de cuernos volviendo la vista hacia delante.

-Ellos no tienen ni idea de lo que le pasa a Tom, puede que ni siquiera sepan qué hay con esa Zetrah. -Intentó razonarle el de verde.

-Pero Henry era su jefe por lo tanto tendrá su dirección de la casa, enviaré una patrulla allí mientras sigo investigando dónde mierda se esconde ese monstruo. -Hizo un ademán con la mano antes de continuar con su camino- Puedes quedarte en la base y ayudarme o simplemente puedes quedarte sin hacer nada, ¡tú decides, Edd!

El de verde hizo una mueca mientras se aferraba a la gabardina que le habían proporcionado en la enfermería, quería encontrar a su pareja lo antes posible y saber qué le había pasado a su amigo; soltó un suspiro y fue detrás del otro que no paraba de caminar como si estuviera enfadado, aunque probablemente ese era el caso. Sabía que Tord no se había comportado de la manera correcta, ni él tampoco lo había hecho; se había acostumbrado tanto a la misma cosa día tras día que el hecho de que uno de ellos cambiara lo sacaba un poco de lo manía que tenía, intentar hundir a un amigo que trataba de cambiar no era algo bueno en realidad.
Soltó un suspiro cansado por pensar en ello y negó con suavidad la cabeza, tal vez debía ser mejor la próxima vez. Si es que había una próxima.

Siguió a su amigo hasta llegar nuevamente a la sala donde movieron a los presos ya que debían reformar los cuartos de interrogatorio. Anabell se encontraba sentada junto con Laurel y Bill que no paraba de chupar su paleta, se preguntó si aquello era bueno aunque era claro que no lo era.

-Bien -empezó a decir Tord una vez que estuvieron dentro y todos se quedaron mirando al de cuernos-, será mejor que me digan dónde vive Zetrah y dónde suele habituar.

No hubo una respuesta inmediata, Henry, quien estaba en la pared opuesta sentada, se levantó como pudo ya que todavía llevaban esposas.

-¿Por qué quieres saber eso?

-Porque ella puede estar relacionada con la cosa que posee a Tom. -Dijo irritado el mayor- Por si no lo habéis notado acaba de huir usando unos cristales gigantes que parece que ninguna herramienta posible le afecta.

Volvió haber otro silencio en el que el pequeño grupo se miró con cierta preocupación. 

-Bien, te lo diré. -Cedió finalmente el mayor.

~Felicidad absoluta~ (Eddsworld)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora