Capítulo 6

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Pasaba entre las sombras que dejaban los edificios evitando que los helicópteros que vigilaban la zona le vieran, miraba de vez en cuando detrás suya por si venían por detrás pero nadie se atrevía a salir de noche por el temor de que había una "monstruo" afuera acechando y en el día solo habían unos pocos que iban a comprar lo necesario manteniendo un cuidado intensivo; exhaló por la boca entrecerrando sus cuencas fucsias por la rabia que sentía de manera intensiva, pero se tenía que calmar, cogería todo lo necesario para dos seres humanos antes de huir de aquella ciudad para comenzar una nueva vida en otro país, tal vez volvería a su país natal. Sacudió su cabeza dejando de lado aquello, primero tenía que prepararse; cuando el helicóptero ya pasó de largo corrió de edificio en edificio dirigiéndose hacia una tienda de ropa a la cual ingresó con facilidad, solo tuvo que crear una llave en el mismo candado y abrió la puerta antes de hacer que en todas las cámaras aparecieron cristales irrumpiendo cualquier vista no deseada.
Pasó por los pasillos mirando qué ropa había para él, no quería robar cualquiera la verdad pero todo lo que fuera de su talla le servía por mientras aunque tenía la dificultad de tener una cola justo encima de sus glúteos pero por el trato que había hecho en su momento no podía simplemente hacerlo desaparecer.

Rebuscó entre las suaves sedas de las camisetas con la esperanza de encontrar alguno de su comodidad.

El sonido de unas campanillas hizo que se volteara para comprobar quién andaba por ahí aunque cuando entró había jurado que nadie se encontraba allí; caminó con lentitud por los alrededores, como si se tratara de un animal. Miró su alrededor una última vez para intentar encontrarse con alguien más pero no había nada y la bestia no parecía estar en alerta en ningún momento por lo que continuó con lo suyo.

Cogió una mochila que había en las estanterías antes de guardar dentro ropa abrigada junto con otro tipo de camisetas y pantalones y salió de la tienda por la puerta sin mucha dificultad aunque no recordó quitarles las alarmas a la ropa por lo que sonó un pitido agudo que le tensó. Se fue corriendo subiendo por los techos en busca de una vía más sencilla, notó como los helicópteros que habían cerca ahora se dirigían en dirección a la tienda por lo que tuvo que retroceder hasta dejarse caer a un pequeño callejón para esconderse detrás de unos botes de basura.

La luz pasó de largo pero esperó unos segundos antes de salir nuevamente por las sombras de la noche en dirección hacia su "casa".

No tardó en llegar a aquella fábrica abandonada viendo los barrotes que ella misma había creado y se acercó a ellos antes de tirar la mochila delante del narcisista.

-Mira cuál ropa te queda bien. -Dijo todavía enfadado por lo que había pasado horas antes.

Matt se acercó con cuidado a la mochila y empezó a rebuscar en su interior.

-¿No puedes crear algo para cambiarme en privado? No quiero que me miréis. -Farfulló por lo bajo sin mirarle.

-¿Cómo que "miréis"? -Alzó una ceja mientras colocaba su mano en su cadera.

-Sí, tú y tu amiguita.

Arrugó el ceño antes de voltearse para mirar hacia el pequeño salón que había creado, las velas seguían encendidas aunque algunas ya algunas habían muerto; pero en el sofá se encontraba una mujer recostada mientras dormía dando pequeños ronquidos. Fue obvio su sorpresa y como una hilera de cristales fucsias la encerraron en una jaula de su tamaño por si acaso

-¿Cómo es posible? -Farfulló antes de acercarse con pasos silenciosos hacia la persona de cabello morado que estaba dormida todavía, nadie debía haber podido entrar a ese lugar.

Una vez que se encontraba más cerca y la podía inspeccionar más de cerca tuvo esa vieja sensación que hacía mucho tiempo no tenía.

-Oh Dios. -Se tapó la boca mientras sentía lágrimas querer salir de sus cuencas.

~Felicidad absoluta~ (Eddsworld)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora