Capítulo 33

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Había aprovechado a echarse una siesta tras haber guardado toda la comida en la cocina, no quería que se echara a perder tan rápido; el silencio de la casa le resultaba extraña, recordaba que cuando quería dormir siempre escuchaba a Matt intentando buscar una salida pero ahora no había nada de eso. Si eso de vez en cuando escuchaba algunos gritos provenientes de la casa de Eduardo si no mal recordaba su nombre, eso sí también escuchaba a la gata rasguñar la puerta de la habitación de Tom.

A parte de todo eso había algo en sí que no le dejaba dormir tranquilo, tal vez era el desconcierto de si Zetrah se encontraba bien o si le había pasado algo; no sabía cómo sentirse al respecto y el hecho de que ya no hayan tantos helicópteros vigilando en la zona le ponía más nervioso. Finalmente optó por levantarse de la cama, había dejado los objetos de valor del de cuencas encima del armario para que no molestaran.

Abrió la puerta haciendo que los cristales agarraran a Ringo a tiempo, con mucho cuidado la agarró escuchando sus histéricos maullidos y siseos; la verdad es que no odiaba a los gatos, ninguno de los Parásitos lo hacían pero éstos animales eran los que se ponían como locos ante su presencia y no sabía la razón, pero tampoco era como si les importara mucho. Fue a la habitación del morado donde entró sin llamar viendo como Matt todavía roncaba en su cama, dejó al gato frenético a un lado suyo y cerró la puerta quitando los cristales de paso.

Se movió hacia la cocina donde podría encontrar finalmente las bolsas de plástico donde todavía se encontraba la comida guardada, claramente que el día anterior había guardado todo lo frío en la nevera para que no se estropeara y dejó lo demás en la mesa; miró las bolsas son gesto pensativo sin saber qué hacer para comer, aún teniendo la preocupación por la otra sabía que debía desayunar algo. Respiró hondo golpeando su cabeza suavemente contra uno de los armarios de arriba, se resignó a un simple bocadillo con un zumo y empezó a sacar las cosas para prepararlas. 

Cuando terminó de hacer su desayuno detuvo sus acciones, volvió agarrar dos rebanadas de pan y le hizo el mismo desayuno al narcisista; era consciente de que le gustaba más la carne pero no estaba de humor para cocinar de esa manera. Acabó dejando el desayuno contrario en la mesa la cual se encontraba vacía porque tuvo que bajar las bolsas, no se iba a poner a comer con bolsas en el centro; se sentó en una silla sintiéndose raro por como la cola tuvo que retorcerse hasta salir por el hueco de detrás.
La verdad es que todavía no se acostumbraba al hecho de estar convertido en mitad "monstruo", había estado acostumbrado a estar siglos con una forma normal pero ahora en esa vida tenía que acostumbrarse a ello. Empezó a golpear la mesa con uno de sus garras con cierto nervio, le hacía pensar si quiera Zetrah sería capaz de querer estar a su lado por eso mismo y ahora eso le hacía pensar en cómo se encontraría.

Durante todo su lío de pensamientos pudo apreciar unos pasos que se asomaron por la puerta, alzó la vista para ver a Matt allí de pie y con cierto rostro preocupado.

-¿Puedo saber por qué Ringo estaba tan aterrado? -Quiso saber mientras se acercaba a su desayuno y se sentaba- Gracias.

-Le tuve que cristalizar las patas para que no me atacara y así evitar que el grandullón se ponga nervioso. -Respondió con tranquilidad y comió de su desayuno formando un silencio.

Lo único que sonaba eran los vasos ser posados en la mesa tras beber su contenido, aunque luego de unos momentos el narcisista preguntó con cierta curiosidad.

-¿Por qué te pusiste de esa manera ayer?

Otis dejó su bocadillo a medias en el plato mientras masticaba con pesadez, no era que no le gustara la pregunta pero debía ser algo natural; aunque tal vez el hecho de que la bestia casi se vuelva loca lo hacía mucho más difícil.

-No era yo... Bueno, sí lo era pero a medias -empezó a explicar con tranquilidad-; los parásitos no pueden juntarse con gatos puesto que éstos se vuelven locos con nuestra mera presencia, además, el hecho de que me haya atacado por sorpresa hizo que el grandullón se descontrolara y, por unos instantes, casi pierdo el control del cuerpo pero por suerte no fue así.

-Osea, si Zetrah ahora viniera Ringo se pondría de la misma manera que contigo. 

El contrario asintió con suavidad agarrando el vaso con zumo de paso, jugó con el contenido.

-Sí, si Zetrah viniera ahora... la gata se pondría loca. 

El silencio regresó con cierta pesadez, era cierto que el tema se había vuelto complicado debido a las altas probabilidades que existían de que acabara siendo prisionera.

-Deberíamos salir a buscarla... -Dijo al fin el de cuencas fucsias soltando pequeños hilos de humo.

-No podemos -Matt hizo una pequeña mueca ante ello-, no me entiendas mal, me preocupa aunque se haya metido conmigo varias veces sé que era para intentar dar más probabilidad a que me posea o lo que hagáis. Todd estará esperando a que salgamos para capturarnos, hay que ser precavidos.

Se le quedó mirando en su sitio algo sorprendido la verdad, en pocas ocasiones el narcisista le había logrado sorprender por lo que soltó una suave risa; tenía bastante razón y aunque mucho le gustaría ir ayudar a su compañera había que prevenir la vida de su especie. Asintió con lentitud mientras agarraba el resto de su desayuno y continuó comiendo. Sería un poco doloroso pero no sería la primera vez que tuviera que abandonar a alguien.

~Felicidad absoluta~ (Eddsworld)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora