~Felicidad absoluta~ (Eddsworld)

Capítulo 25

Otis se estaba colocando una camiseta encima de su ropa sin llegar a ponérselo cuando Zetrah alzó la cabeza alertada, al principio no entendió su gesto pero entonces notó esa presencia.

La de cabello corto le hizo un gesto a Matt para que se quedara junto con el de cuencas antes de marcharse en dirección a la entrada agachada, el narcisista se acercó más a quien controlaba a su amigo con cierta duda y desconcierto.

-¿Qué ocurre? -Preguntó en una voz baja, se le notaba preocupado.

Cuando le miró solo podía distinguir su figura por lo que volteó su mirar hacia la entrada del lugar, por donde se acababa de ir Zetrah, soltó un pequeño suspiro dando una mueca mirando hacia donde había notado esa presencia.

-Hemos notado algo no muy bueno. -Aclaró, arrugando un poco el ceño, no sería bueno iniciar una pelea allí, solo atraían la atención de la Armada Roja- Pero tranquilo, no dejaremos que nada malo te pase.

Relajó su expresión antes de darle una tranquila sonrisa al de morado que ahora parecía estar mirándole; fue entonces cuando su sonrisa se transformó en una "o" cuando notó los brazos del contrario sobre su hombros a modo de abrazo, se quedó algo sorprendida por la acción ya que no entendía muy bien porqué lo hacía, creía que todavía le odiaba por estar en el cuerpo de su amigo.

-¿Por...?

No pudo acabar la pregunta cuando una voz siseante le hizo voltear hacia la derecha dejando que Matt le dejara de abrazar.

-¡Otis! -Zetrah le llamaba en voz baja y algo agachada, además, le hacía señas para que se agachara.

Agarró al de morado del brazo haciendo que se agachara al igual que él y se acercaron hacia el otro parásito.

-Bien, ¿qué ocurre?

-Hay uno pero está con la Armada Roja, y ellos están aquí... -Respondió poniéndose de cuclillas para no caerse. 

-¿Saben...?

-No -Zetrah negó con suavidad la cabeza con una mueca de desagrado-, ni tampoco  parece que se percaten, está en una buena tapadera... Probablemente se esté mofando de nosotras...

Le dio unas suaves palmadas en el hombro para que se calmara, no debían desviarse de lo central.

-Ese no es el punto ahora, Zetrah, tenemos que irnos de aquí de manera inmediata con la poca ropa que tenemos -miró al narcisista quien era el que traía aquella bolsa de papel con algunas prendas buenas dentro-; y si no, dejamos la ropa y nos vamos al quinto pino. 

-Podemos pelear, yo creo que... 

-No -Otis se negó en retundo ante esa solución que quería proponer, también le gustaría pero no podía con ellos dos a su lado-, vosotros dos no tenéis la misma capacidad que yo, por ello vosotros dos sois los que deben huir en primer lugar. 

-Otis, puede ser peligroso -Zetrah empezó hablar mientras la miraba directamente a las cuencas-; alguien tiene que resguardarte las espaldas, si por alguna casualidad el ...

-¿Y si peleamos todos? -Preguntó ahora Matt con el mismo tono de voz que tenían los parásitos.

Otis se volteó a verlo algo confundida, si bien sabía que podía defenderse por sí solo, no estaba del todo seguro dejarlo; ellos tenían armas y Matt únicamente poseía una bolsa de ropa en sus manos. 

-Eso, o huimos todos. -Continuó el narcisista mirando a ambos ladeando con suavidad la cabeza. 

-También es una opción... -Concluyó Zetrah pensativa pero entonces el sonido de un megáfono les hizo sobresaltarse en su sitio y asomarse con cuidado por una de las estanterías de ropa. 

-¡Están rodeados por soldados de la Armada Roja! -El acento noruego ya les hizo saber de quién se trataba- ¡Salgan con las manos en altos y no intenten sacar los cristales! ¡Pero entregad primero a Matt, tenéis un minuto!

Se volvieron agachar al suelo tras aquella información, se miraron los unos a los otros antes de asentir a la vez; parecía que ya sabían lo que iban hacer. 

-¿Qué vamos hacer? -Preguntó Matt en un suave susurro.