Dos rubios

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Estaba enojado. Su amiga Hinata por fin pudo salir de casa, e ir ese mismo día a la suya, luego de que su mamá la invito a comer galletas. Su dulce madre le había gritado desde el patio de su casa, y luego de escuchar semejante grito, bajo enseguida por las escaleras muy emocionado. Ambos comieron galletas juntos entre risas.

Cuando estaban por terminar, Hinata acepto jugar con él en un pequeño lago detrás de la casa. Pero no contaba ingenuo luego que regreso de ponerse los zapatos deportivos para estar mas cómodo y así evitar un regaño de su dulce madre, se encontró con que su hermana de misma cara se la había robado.

¡De nuevo le había ganado su lugar!

— ¡Hinata iba a jugar conmigo Naruko!

Naruko le miro como si estuviera loco y desprendiera hedor. Estaban ambas sentadas en el patio de su casa, sobre una manta, con varias muñecas y pequeños refrigerios alrededor. Pero tuvo que llegar su hermano Naruto a fastidiar al día. Rodó sus ojos.

—¿Enserio crees que Hinata creería saltar arboles y atrapar ranas contigo? No conoces para nada a las niñas hermano, tendrás problemas de grande.

Naruto miro enseguida muy risueño a su amiga de bonitos ojos perla.

—¿Verdad que si?

Ella se sonrojo, y cuando iba a contestar, Naruko la interrumpe sin darse cuenta.

—¿Vez tonto? ahora ve a molestar a otra parte. Mi amiga y yo, seguiremos jugando.

—¡Quedé! pero si ni la dejaste hablar.

Naruko se levantó y la siguió Hinata, temiendo se pusieran a pelear como siempre.

—¡Hinata se quedará conmigo! ¿no recuerdas que por jugar contigo se cayo de la bicicleta y su padre la encerró por días?

—¡No me responsabilices, no con Hinata, fue un accidente! ¿Verdad Hinata? — ella asintió rápidamente, pero ambos hermanos ni le miraron. Era verdad, no freno en el momento correcto y se cayo abruptamente de la bicicleta—. Así, que, Naruko, mejor...

Callo de golpe y su rostro se volvió rojo cuando su hermana de mismo rostro tomo a Hinata de la mano y la coloco detrás de su espalda, luego de tirarle aquel jugo al rostro. Le sacó la lengua infantilmente, y le miro triunfante. Seco su rostro con una mano. Oh, su hermana creía que había ganado.

Pero no, Naruto no lo iba a permitir.

Metió la mano a su bolsillo y sonrío malicioso.

—¡Atrapalo!

Naruko grito horrorizada al ver como caía una rana en su cabello. En el descuido Naruto tomo a Hinata de un brazo jalándola hacía él, pero no contó con el rápido reflejo de su melliza Naruko, quien volvió a tomar a su querida amiga de la otra mano.

Ahora ambos se vieron envueltos en una infantil pelea, involucrando a la pobre y frágil Hinata en medio.

Hinata gimoteaba en medio del jaleo, si aquellos dos pequeños hermanos seguían así sentía que iban arrancarle los brazos. En el proceso, el ceño cada vez se acentuaba más en su frente. Fue cuando en un punto ya no lo soporto y con toda la fuerza que pudo; grito, haciendo que ambos niños pararan de golpe.

—¿Hina?

—¿Hinata?

Ella alzo la cabeza luego de un breve segundo y les miro muy molesta. Ambos se sorprendieron. Era la primera vez que veían a su dulce Hinata molesta. Tanto, que ambos la soltaron de la impresión.

—¡No peleen! es malo pelear — hablo finalmente, su vocesita sonaba irritada.

—Lo siento, es que es este tonto...

—¡Tu empezaste!

Y cuando iban a empezar a discutir de nuevo, Hinata los separo con ambos brazos.

—¿No lo ven? — Ambos hermanos la miraron confundidos —. Podríamos pasarla bien juntos, pero siempre quieren estar separados. Son hermanos, deben quererse. Así como yo los quiero mucho a ambos. Pero si solo siguen discutiendo, y por mi culpa, prefiero no venir más.

Ambos le miraron dolidos. Las palabras de Hinata habían sonido muy duras a pesar de su dulce e infantil voz.

—No, no, nos portaremos bien — Naruko le toma un brazo.

—Si Hinata, perdón — Naruto le toma del otro brazo—. Yo si quiero mucho a mi hermana, pero sabes mi mamá dice que pelear es también parte de ser hermanos, note asustes ¿De acuerdo?

Naruko pestañea al escucharlo, luego hace un puchero apenada.

—No digas palabras tan cariñosas tan de repente hermano.

Naruto solo rió.

Hinata les mira de un modo tan dulce que los hizo sonrojar.

No muy lejos de ahí, desde una ventana, una señora de cabello rojo y ojos violetas, miraban enternecida la escena. Se comió una galleta de un bocado, y luego frunció un poco la cara en un gesto de pesar.

Esperaba a futuro ambos mellizos no volvieran a pelear.

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Bueno... solo se me ocurrió xd

PD: posible continuación 

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