3.- Poción Multijugos

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La primera vez que Sherlock y John hicieron poción Multijugos fue a comienzos de segundo año. Sherlock lo hizo para "Ganarle al Elegido" ya que en la biografía no autorizada de Harry Potter (no, no escrita por Rita Skeeter) se decía que el-niño-que-vivió con sus amigos había realizado una Multijugos a mediados de su segundo año.

La hicieron perfecta (no gracias a John, que era bastante malo con las pociones) y quedó allí guardada por mucho tiempo. Habían hecho un caldero King Size completo y Sherlock había echado mano a sus conocimientos sobre la Sección Prohibida (y algunas preguntas indiscretas a su hermano Mycroft) y habían conseguido echarle unos ingredientes extras que la hacían imperecedera y de efecto ligeramente retardado (veinte minutos para que ocurriese la transformación).

No la probaron hasta tercer año, cuando Sherlock engañó a John dándosela a beber y consiguiendo que se transformase en Filch durante toda una hora, venganza de alguna cosa a la que el Gryffindor se había negado (por una chica, probablemente).

Y había quedado guardada en el fondo de sus baúles, hasta ahora.

—Estoy aburrido —fue toda la explicación que dio Sherlock luego de contarle a John su plan para esa tarde de sábado. El rubio gryffindor se apretó el puente de la nariz ligeramente exasperado, intentando entender la situación.

—Entonces... porque te aburres piensas convertirte en Marshall Creevey y tratar de seducir a tu primo Scorpius, solo porque crees que entre ellos hay una tensión sexual suficiente para hacer que tu primo engañe a Albus. ¿Lo entendí bien? —preguntó sintiendo la irritación en el fondo del estómago.

—Sí, lo entendiste bastante bien, pero omitiste la parte donde tú tomas las fotografías y luego chantajeamos a Scorpius —sonrió satisfecho Sherlock juntando las palmas de sus manos y pegando sus dedos índices a sus labios—. Eso le enseñará a no andar soltando rumores desagradables sobre Moriarty y yo, es una venganza excepcional.

—¿Por qué no le crees a Scorpius cuando te dijo que fue el mismo Moriarty y no él quien esparció los rumores? —se quejó John dejándose caer sobre la cama de Sherlock , mientras miraba al techo sintiendo el estómago apretado.

—Porque vi a Scorpius reírse y comentarlo ¡Sé que fue él! Puaj, al menos hubiese sido con alguien más. O contigo. ¿Pero Moriarty? Prefiero a un hipogrifo.

El corazón del gryffindor se había acelerado al escucharse nombrar, pero luego simplemente suspiró, acomodándose en la cama azul viendo como el más alto se paseaba por el cuarto, planeando cada paso, previniendo cada eventualidad.

John volvió a suspirar y cruzó sus piernas observando los rasgos de Sherlock. Era tan inteligente pero tan ciego.

—¿Seguro que por eso quieres usar la poción Multijugos? —preguntó conociéndole suficientemente bien.

La caminata de Sherlock se detuvo de golpe, girándose levemente hacia su amigo y finalmente rindiéndose, explicándole que realmente la poción no era imperecedera totalmente, sino que le quedaba uno o dos meses de vida útil y que era una lástima que se perdiera así.

Los ojos del Gryffindor brillaron y le aclaró a Sherlock de que no había porqué perderla. Había muchas formas entretenidas de gastar la poción Multijugos, sin tener que recurrir a venganzas infantiles.

Dos días después, la mañana del lunes, el Gran Comedor de Hogwarts fue un completo caos.

Algún inescrupuloso había conseguido de alguna manera cambiar por poción Multijugos las pociones de limpieza bucal de todos los chicos y chicas de séptimo año de las cuatro casas, provocando que en medio del Gran Comedor comenzasen a transformarse uno por uno todos los alumnos en distintos compañeros, provocando pánico y furia en la mayoría de los afectados. Aunque no faltaban los que estaban muy divertidos, como a los afortunados chicos que les había tocado convertirse en chica y no dejaban de jugar con sus propios senos, ante la furia de las dueñas originales.

John y Sherlock, ambos convertidos en el otro, solo se sonrieron en medio del Gran Comedor desde sus respetivas mesas, mientras la Directora amenazaba hasta con expulsión para los culpables. Suerte que ambos estaban seguros de no ser descubiertos al menos por esa vez.

Más lejos, Scorpius Malfoy convertido en Jim Moriarty (el que estaba convertido en una chica hija de muggles, para su dolor), apenas se atrevía a mirar a Albus que llevaba en ese momento el cuerpo y la cabellera del guapo Marshall Creevey y que insistía en hablarle.

John solo suspiró mientras negaba ante la estúpida venganza de Sherlock. A pesar de que pasasen los años, seguía siendo un niño.

Elemental,  mi Querido GryffindorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora