Treinta y cinco

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- J -

No sé en qué momento de la noche la rabia que tenía se convirtió en pena y me quedé dormido, pero hace un rato cuando desperté me dolían tanto los ojos debido a la hinchazón que tuve que obligarme a dormir un poco más. Ahora es casi medio día según los números gigantes plasmados en la pantalla de mi teléfono y no tengo hambre, pero sí un par de llamadas perdidas de algunas y algunos compañeros de la academia.

De un gruñido vuelvo a dejar el aparato sobre la pequeña mesita. No es algo que me importe en este momento. Tengo que ordenar mi cabeza y mentalizarme en qué demonios le diré a Hoseok por haber participado en esta vergonzosa mentira antes de volver allí.

Con pereza despego la cabeza de la almohada y me siento al borde de la cama con la mirada fija en la cortina deseando que todo esto haya sido una pesadilla porque me cuesta un poco asimilar todo esto está pasando.

Con pesadez, cojo un par de prendas a mi paso para darme una ducha que me despeje un poco la mente. Ayer con las prisas sudé mucho y olvidé darme un baño.

Caer en cuenta que no me di un baño me recuerda que fue debido a una repentina carrera hasta el departamento, lo que me lleva a AgustD y ya estoy triste de nuevo. Ese odioso peso en mi pecho no ha cesado desde ayer y ahora solo se vuelve más intenso cuando veo a Jungkook tumbado al otro lado de la puerta encogido como un niño mientras duerme profundamente.

No puede ser posible que haya pasado toda la noche esperando que le abriese la puerta. ¿Es tonto?

Con la mano firme en la manilla, cierro los ojos un segundo intentando no olvidar lo molesto que estoy con él, pero verlo allí en el suelo, dormido y notablemente incómodo con la cabeza pegada al piso, me estremece. Quiero despertarlo y decirle que se vaya a su habitación, pero no quiero hablarle, así que vuelvo a mi habitación para buscar una manta, arroparlo y seguir mi camino hasta el baño.

Doy la llave del agua esperando que la habitación se inunde en vapor lo suficiente como para que empañe el espejo colgado en la pared mientras me desvisto. No quiero verme, no quiero ver el rostro del cual tanto tiempo se han estado burlando y de paso las feas ojeras que de seguro debo tener marcadas bajo mis ojos irritados.

Tiro mi ropa al cesto para entrar a la ducha. El chorro de agua me pega directo en los hombros produciéndome una sensación relajante que tal vez logra apaciguar un poco los nudos de mi cuello, pero no el nudo que tengo en la garganta. Sigo pensando en él. Hasta cuando tomo una ducha sigo pensando en la cara de espanto y la voz temblorosa que usó Jisong cuando me vio.

Lavo mi cabello mientras me recuerdo que su nombre no es Jisong y tiro de éste hastiado de no poder quitarlo de mi mente. Mi error fue haber sido un libro abierto para todo el mundo. Debo de una vez aprender a crear un escudo para protegerme, necesito que alguien logre apreciar mi corazón y sepa no burlarse de él porque es frágil y ahora siente mucho dolor.

Termino mi ducha con rapidez cuando la rabia vuelve a apoderarse de mí y el vapor comienza a asfixiarme. Me visto en un parpadeo. Tengo que salir de este baño porque cada segundo que paso dentro me enloquece.

- Jimin... - Oigo apenas abro la puerta del baño cargado de vapor y un suave olor a flores silvestres.

Jungkook, despierto y con los ojos abiertos como platos, me mira de pie con tristeza como si se tratara de un cachorro regañado por romper el jarrón de la abuela.

No puedo evitar clavar mi vista en el horrible moretón que tiene en la mejilla producto de mi golpe. Creo que me pasé un poco.

- Jimin por favor - balbucea.

EMPTY FAME | YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora