Cuarenta

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- J -

Tal y como lo pensé, Yoongi no volvió a aparecerse por la academia gracias a que se corrió la voz y ahora muchos de sus admiradores rondan el lugar con cámaras y todo tipo de aparatos. Que gente más ociosa, pero bueno, si no es por ellos tendría que enfrentarme a la realidad de tener a Yoongi siendo lindo y no quiero eso. Odio la facilidad que tiene en mí para ponerme nervioso.

Abro la ventana de mi habitación buscando un poco de aire. De pronto el oxígeno se volvió pesado y me sofoca. Pensar en él me vuelve loco y esta batalla mental me agota.

Tumbado en mi cama, miro con detenimiento la lámpara pegada al techo transportándome a otra realidad. Una en donde el Jimin con el que tanto he estado peleando gana y tiene a Yoongi cogido de la mano con una sonrisa triunfante. Para mi buena suerte no estoy mucho tiempo en ese lugar porque el sonido del timbre me trae de vuelta al presente y me levanto asustado al recordar mis clases en la academia.

Es sábado, me recuerdo. Cambié mis horarios para los fines de semana por asuntos universitarios y debo conseguir otro trabajo de medio tiempo.

- ¡Un momento! - alzo la voz esperando que el desconocido me escuche. De repente, detengo mi paso cuando estoy cruzando el salón y me acerco con sigilo a la mirilla de la puerta. No descarto la idea de que sea Yoongi el invitado inesperado como la última vez. Ese día no me lo esperaba para nada.

Suelto un suspiro al notar que no lo es y ya no hay nadie afuera, lo que me tranquiliza un montón.

Abro la puerta con lentitud y asomo la mitad de mi rostro para escanear el pasillo. No hay nadie, pero las puertas del ascensor acaban de cerrarse y no alcanzo a ver de quién rayos se trata.

Ahora mis ojos han encontrado algo mucho más curioso que el extraño del ascensor: una flor.

Alguien dejó una rosa frente a mi puerta que dudo que sea para Jungkook.

- Esta rosa...

Es la misma rosa que me dio Yoongi para mi presentación de baile.

Me arrodillo en la alfombrilla para cogerla con dulzura y algo de miedo pues el Jimin enamorado está haciendo un caos dentro de mi cabeza. Creo poder controlarlo, sin embargo cuando creo tranquilizarlo un poco, vuelve a enloquecer. Por demás justo cuando me llevo la flor a la nariz para deleitarme con el agradable aroma que desprende, una carta cae en mis piernas. Rápidamente me pongo de pie, cierro al puerta y corro a mi habitación para encerrarme con la rosa y el sobre blanco con mi nombre en él.

Me tiemblan las piernas como si fueran de gelatina porque tengo miedo de leer lo que hay en su interior, y ya luego de entrar en pánico, pasearme por mi minúscula habitación como si fuera un tigre enjaulado, calmarme y darme una bofetada por estar siendo tan idiota, me obligo a abrir el sobre y leer su contenido.

Mis dedos torpes tiemblan al coger el papel y leer en voz alta lo que pone.

- Vi esta flor y pensé en ti porque es bonita, en realidad a mí no me gusta, pero creí que tal vez a ti sí te gustaría porque tú sí eres bonito.

Un momento... ¿Acaso esa frase no es de...?

(...)

- Y -

- ¡¿Cómo que lo sacaste de una película infantil?!

- No es de cualquier película - aclara Taehyung elevando el dedo índice - Es de Sherk, ¡¿Acaso no es lo más romántico que existe?!

Soltando un suspiro enamoradizo, lleva ambas manos a sus mejillas y me mira dulcemente batiendo sus pestañas.

- ¡¿Me estás jodiendo?! - creo que estoy a punto de sufrir un derrame - Dime por favor que no enviaste eso.

EMPTY FAME | YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora