Veintiuno

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- Y - 

Con el fuerte sabor a café en mi boca y el olor a pan recién hecho rondando por la cocina, veo a Taehyung atragantarse de comida al otro lado de la mesa. No termino de comprender por qué de repente tiene la necesidad de comer mucho más de lo normal cuando se supone quiere tener un abdomen perfecto. 

- Comes como un cerdo - comento dejando mi tostada sobre el plato.

Taehyung me mira un momento con las mejillas llenas de comida, traga y coge aire para responder - Y tú comes como un anciano, pero no digo nada.

Decido ignorarle y prestar toda mi atención en el polvo flotando frente a la ventana. Baila al ritmo de una balada que he creado en mi mente y lo hace muy bien. Inconscientemente muevo mi cabeza de un lado para el otro sin siquiera pestañear, pues me encuentro flotando en el aire. Yo soy aquella partícula de polvo flotando en el aire de mi cocina.

- ¿Estás tarareando una canción de Ed Sheeran?

La voz de Tae acaba con mi momento de paz y me trae de vuelta a la tierra. ¿Acaso esa canción tan molesta estaba sonando en mi cabeza? 

- No - respondo volviendo a coger mi taza con café. Ya no está tan caliente como antes, pero sabe bien.

¿Lo hacía? No estoy seguro, pero detesto el hecho de saber que ahora sé parte de la canción gracias a Jimin y su estúpido canturreo.

Doy otro mordisco a mi tostada notando algo muy importante: ya no me siento detenido. Es extraño, a muchos nos pasa que nos sentimos estancados en el mismo lugar, inmóviles, haciendo lo mismo una y otra vez todos los días. Si bien, logramos sentir bienestar por estar seguros en nuestra zona de confort, es un problema porque nos sentimos unos cobardes envueltos en nuestro rotativo ciclo del cual no podemos salir. ¿En qué momento me armé de valor y logré salir de allí?

- Señor Min - la dócil voz de mi ama de llaves se hace presente por el umbral de la cocina - perdón que interrumpa su desayuno, pero le buscan en la puerta.

Bebo mi último sorbo de café para ponerme de pie con la taza en mi mano derecha - ¿Quién es? - pregunto con toda tranquilidad. Es extraño que vengan visitas a mi casa principalmente porque no tengo muchos amigos y la señora Choi, mi ama de llaves, jamás avisa cuando se trata de Namjoon.

- Es la señorita May - suelta como si me estuviera escupiendo en la cara.

Parte del café se me derrama por la mano y aparto la taza inmediatamente soltando un quejido. Tae también parece sorprendido con la noticia porque le escucho toser atorado con algún pedazo del muffin que tiene en la mano - ¿Cómo dices? - vuelvo a preguntar - ¿May está aquí?

- Está esperando en la sala - anuncia acercándose hasta mi hermano para darle pequeñas palmaditas en la espalda.

- ¡Yoongi! - me llama Tae cuando deja de toser - Ni se te ocurra ir. Iré yo y la mandaré a la mierda en este mismo instante.

Temía que volviera, aunque admito que varias noches recé por que lo hiciera y no se fuera nunca más. 

- Esto es algo que tengo que hacer yo, Taehyung - explico volviendo a sentarlo en su silla cuando se ha puesto de pie como si se tratara de mi ángel protector.

- Pero Yoongi...

- Estaré bien - afirmo echando a caminar hasta el marco de la cocina - por favor espérenme aquí.

Cada paso que doy hasta llegar a la sala se transforma en el recuerdo de nuestro amorío, me fijo en ellos y solo puedo pensar en cuanto duele.

Una vez leí que las estaciones son transformaciones. El otoño significa transición, el invierno una pausa, la primavera un renacer, y el verano un cambio profundo. Sin embargo, no veo que May cambie. Lleva cientos de estaciones siendo igual, atrapándome para luego apartarse de mí en cada giro estacional. Me confunde, me hace daño. Si este verano me sirvió de algo, fue para comprender que mientras soy verano, ella es invierno y que mientras sea otoño, ella será primavera. 

EMPTY FAME | YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora