| D E A N |

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Nota: Este capítulo está basado en uno de los capítulos de la serie, pero con una historia un poco más diferente.

Conducías con mucha prisa hasta el hospital principal de Ohio, habían tenido una fuerte pelea con hombres lobos donde Sam resulto herido y murió, pudiste escapar y tomar el coche de Dean.

Llorabas sin cesar habías perdido a tu mejor amigo y ahora tu novio esta en un hospital seguramente inconsciente o pensando hacer una locura.

Llegaste y bajaste rápidamente, entraste a la recepción y te acercaste con agilidad a la recepcionista y ella te miro un poco preocupada por tu apariencia.

- Disculpe señorita, ¿en las dos últimas horas han ingresado a tres personas que fueron atacadas por un oso? - cuestionaste y ella solo asintió.

- Si ingresamos a una pareja de casados y a otro hombre - dijo revisando los archivos.

- Soy la novia del otro chico, necesito verle por favor - suplicaste y ella te indico por donde tenías que ir para encontrarte con él.

Caminaste con rapidez por los pasillos hasta que llegaste al cuarto donde Dean se encontraba. Dean estaba siendo examinado por una doctora rubia y tenía mala cara, se veía totalmente neutro.

- Sus signos vitales se encuentran en muy buen estado, pero todavía no podrá irse hay que realizarle unos estudios más - Dean no respondió ni hizo ningún tipo de movimiento.

Esperaste a que la doctora saliera de su habitación y en cuanto salió tu entraste, el no se percató de tu presencia hasta que envolviste tus brazos alrededor de su cuerpo.

- _____ - susurro apretando tu cuerpo contra el de el.

- Si amor, ya estoy aquí - acariciaste su cabello, el se alejo un poco y le viste los ojos cristalizados, le diste un casto beso.

Él se levantó de repente y empezó a caminar fuera de la habitación.

- Espera, Dean - el se detuvo y te miro. - ¿A dónde vas? - cuestionaste confundida.

- Tengo que regresar a Sammy - dijo y tu corazón se detuvo, el entro en el laboratorio y empezó a buscar pastillas que pudieran matarlo.

- Dean, por favor no me hagas esto - suplicaste asustada, el tomo tu rostro entre sus manos y te miro directo a los ojos.

- Bebé , confía en mí, todo saldrá bien - beso tu frente - solo durare tres minutos muerto por que tu me vas a reanimar - camino hasta los gabinetes y saco una inyección y un frasco de adrenalina y te los entrego. Tus manos temblaban.

- Dean... - murmuraste.

- _____, entiéndelo tengo que salvarlo, no puedo dejarlo todo así... es mi hermano - tu solo asentiste cortamente, sabias que nada de lo que dijeras lo iba a hacer cambiar de opinión.

- Prométeme que volverás - dijiste con los ojos llorosos.

- Lo prometo - te beso con intensidad.

Dean tomo los medicamentos y luego de dos minutos se encontraba en el suelo convulsionando.

- Vamos Dean se que puedes hacerlo, no puedes abandonarme - susurraste.

Habían pasado dos minutos y ya tenías la inyección con adrenalina preparada. Veías el reloj cada cinco segundos, faltaban diez segundos para que pasaran los minutos y justamente el reloj marcando que habían pasado los tres minutos lo inyectaste, pero nada paso.

- No, no, no - negaste asustada - Dean reacciona por favor - sollozaste. Buscaste el desfibrilador y lo pusiste a 200 y le desabrochaste la camisa y colocaste el desfibrilador en su pecho dándole un choque, su cuerpo se tambaleo, pero no paso nada. - mierda, vamos cariño despierta - lo pusiste a 300 y le diste un choque y Dean abrió los ojos de golpe. - ¡Dean! - lo abrazaste con fuerza y el a ti.

Se alejaron del abrazo y el limpio las lágrimas que habías derramado por que pensaste que lo habías perdido.

- Debo de verme horrible - reíste y el negó con una leve sonrisa.

- Siempre estas hermosa - te beso.

- ¿Qué paso con Sam? - cuestionaste esperanzada.

- Sam no estaba muerto, estaba inconsciente... el hombre al que salvamos lo intento ahorcar y pensó que lo había matado en el momento en que el cerro los ojos pero no fue así, su cuerpo no respondía por la falta de oxigenación - dijo con rabia - tenemos que ir por Sammy pero primero voy a matar a ese maldito.

Ambos se levantaron del suelo y caminaron fuera del laboratorio, se escucharon unos gritos y ambos salieron corriendo hasta el pasillo principal. La doctora fue atacada por Marcus; el hombre que habían salvado se había vuelto un hombre lobo.

- Mierda no tengo mi pistola - maldijo Dean.

- Para nuestra suerte yo si - dijiste sacando tu alma de la parte trasera de tu pantalón. Le apuntaste a la cabeza y disparaste sin piedad, el lobo callo al suelo en un abrir y cerrar de ojos.

- Buen tiro - dijo orgulloso. Ambos se encargaron de limpiar el desastre. Cuando salieron del hospital el teléfono de Dean sonó, era Sam. - Sam... Vamos en camino, espéranos allá - colgó.

Te tomo de la mano y caminaron con rapidez hasta el Impala, se adentraron en el y Dean arranco el auto a toda velocidad. Cuando iban cerca de la entrada del bosque ambos divisaron a un Sam ensangrentado. Dean detuvo el auto y ambos bajaron y corrieron a abrazar a Sam.

- Ya me hacías falta Alce - dijiste y escuchaste una pequeña risa de su parte.

- Ustedes también me hacían falta - luego de haber puesto a Sam al tanto de todo lo que había pasado. Todos se adentraron en el auto y regresaron al Búnker.

Llenaste la tina con agua y luego echaste jabón en ella para que hiciera espuma, te adentraste en ella y tu cuerpo se relajo rápidamente, Castiel le había sanado la herida a Sam. Duraste media hora en la bañera y luego saliste, fuiste a tu cuarto y te pusiste tu pijama, que consistía en una camiseta de Dean y unos shorts negros.

Saliste de tu cuarto y fuiste hasta la cocina, te morías de hambre y no había duda de aquello. Cuando entraste a la cocina solo estaba Dean y te estaba dando la espalda, por lo cual aprovechaste y lo abrazaste por detrás dándole un beso en la mejilla.

- Hola, nena - dijo apenas atendible por que tenia la boca llena de pizza de doble queso. Reíste y te sentaste a su lado tomando un trozo de pizza.

- ¿Sabias que te odio? - cuestionaste con fingida seriedad.

- Pensé que me amabas, pero ¿Ahora que hice? - cuestiono inocente.

- Me hiciste pasar los peores cinco minutos de mi vida - golpeaste su hombro - pensé que te había perdido - el hizo que te sentaras en su regazo y te miro directo a los ojos como siempre lo a hecho.

- Amor, lo siento mucho pero necesitaba a Sam de vuelta... No era mi intención provocar que la pasaras tan mal, pero estaba cegado no quería aceptar que había perdido a Sammy aunque nunca fue así pero, en conclusión creo que nunca aceptaría perderlo a el y mucho menos a ti - aclaro en un suspiro.

- Pero si algo salia mal me ibas a dejar sola - dijiste con una mueca.

- De verdad lo siento, amor... No volverá a pasar, lo prometo - dijo y asentiste.

Ambos terminaron de cenar y se fueron hasta el cuarto de Dean, tu ibas en su espalda como si fueras un Koala aferrándose a su rama para no caer. Cuando entraron Dean cerro la puerta y te dejo caer en su cama.

- Date prisa, baby... Ven y abrázame - dijiste como niña pequeña para que se diera pronto quitándose la ropa.

- Podría hacer algo mas que abrazarte toda la noche - te miro pícaro y te sonrojaste lo que le provoco gracia - te vez muy hermosa cuando te sonrojas - dijo colocándose sobre ti y dándote un tierno beso.

- Te amo Winchester - susurraste contra sus labios.

- Tambien te amo, enana - beso la punta de tu nariz - ahora te enseñare las estrellas - dijo coqueto.

Esa noche ambos vieron las estrellas y mas.

One Shots Dean/JensenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora