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Estabas en tu departamento con tu hermana, tenías lágrimas en tus mejillas, no querías dejarla ir pero sabías que tenías que hacerlo.
—Darcy, se que es difícil, nunca hemos estado tan lejos una de la otra, pero necesito irme... Quiero tomar esta oportunidad de visitar otros países, siempre a sido mi sueño — te dice tu hermana Sarah.
—Pero no quiero que te vallas, no quiero quedarme sola — le dices aún con lágrimas en los ojos.
—No estarás sola, tienes a Jensen, es tu mejor amigo y se que cuidará bien de ti cuando no esté — se miran a los ojos unos cuantos segundos — es una meta que quiero cumplir, Darcy, por favor déjame ir — te súplica.
La miras directo a los ojos y te das cuenta de que enserio quiere hacerlo, de que está es su oportunidad y no quisieras arruinarsela, quieres verla feliz siempre y si eso implica que se separen por un tiempo, estás dispuesta a hacerlo.
Todo por su felicidad.
—Sarah... — suspiras pesadamente y luego corres a abrazarla — está bien, te dejare partir, es tu oportunidad y no quiero arruinarla, prométeme que me hablaras todos los días y me enviaras fotos de todos los lugares que visitaras — ella asiente de inmediato.
—Lo prometo, hermana — te sonríe — te quiero mucho, Darcy — vuelven a abrazarse.
—También te quiero, Sarah.
Ella toma su maleta y ambas salen de su apartamento tomadas de las manos, bajan hasta recepción y se despiden una vez más.
—Cuídate mucho, Sarah — le dices y ella asiente.
—Tu también, Darcy — se vuelven a abrazar, hasta que Sarah sube al taxi y desaparece entre la multitud de vehículos en la ciudad.
Te sientes triste, toda tu vida solo fueron Sarah y tú, desde que tus padres murieron en un accidente, han salido adelante juntas y ahora les tocó separarse luego de tantos años.
Vuelves a entrar al edificio, entras al ascensor y llegas a tu piso, dos puertas más adelante de la de tu apartamento, vivía tu mejor amigo, por lo cual decidiste ir a verlo, es el único que podría subirte los ánimos en estos momentos.
Tocas la puerta, pero no obtienes respuesta alguna. Por lo que vuelves a tocar, varios minutos después Jensen abre la puerta.
—Darcy, lo siento, estaba en medio de algo — dice apenado — pasa.
Se hace a un lado y entras a su departamento, cuando miras hacia su sofá y a la mesita frente a este, te sorprendes.
—¿Sabes tocar? — cuestionas mirándolo, aún no te lo crees, Jensen se rasca la nuca nervioso.
