Chupar y soplar

24. El encapuchado.

No se olviden de votar.

Los días pasaban cada vez más lento pero ya llegó el viernes. Entre Travis y yo las cosas cada vez eran mejores estamos más tiempo juntos, hace unos días mi madre lo había invitado a cenar a la casa, estoy conociendo tanto a este chico que hasta me sorprende saber tantas cosas de el. Mi padre estuvo aquí y le presenté a Travis, me dijo que se sentía feliz de que su hija tuviera pareja pero que nos cuidemos, Travis estaba nervioso con todas las preguntas que le hacía mi padre.

En cambio Tatiana falto a los últimos cuantos días a clase, salía de su casa lista para ir a la escuela y se quedaba en mi habitación, mi madre no notó que estuvo ahí ya que ahora ella se convirtió en una bella durmiente. Después de lo qué pasó él lunes a estado diferente se limita hablar con sus amigas sólo quiere que le dejemos tranquila en su burbuja. En la escuela hemos dicho que está enferma.

Cada día de la semana habían llegado notas, las notas rojas escritas con lapicero negro, las notas que todavía no sé quién toma de su tiempo para dejarlas.

Nota del Martes.

Ya Travis te mostró a donde le gusta ir en las noches.

Nota del miércoles.

Tú cama un día puede amanecer llena de sangre y no será la de Travis o la tuya, será la de alguien más.

Nota del Jueves.

Espero que cuando conozcas al verdadero demonio no tengas miedo de estar en su infierno.

Nota del viernes.

Si te enamoras Travis, te enamoras de todo lo desconocido. Nunca entres al infierno sin saber cómo vas a salir de él. Travis hará que tú sufras...

Ya había tomado la decisión, me voy a quedar después de clase cueste lo que cueste pero debo de saber quién está tratando de robarme el sueño y parte de mi felicidad enviando notas anónimas.

¿Qué podría salir mal?

-Qué tanto piensas ángel -pregunta Travis sacándome de mis pensamientos.

Estamos en la cafetería, todos disfrutan de su almuerzo mientras que yo no dejo de pensar en las notas. Víctor está maquillando a algunas de chicas que van a actuar en la obra así que no puedo acompañarnos.

-Travis... -digo y trato de mantener la mirada. -¿Tú me harías daño? -pregunto en un hilo de voz.

El brillo que había en sus ojos había desaparecido, su mirada es vacía y perdida en un millón de sus pensamientos. Frunciendo él ceño habla.

-Nunca le haría daño a mi ángel -dice y me da un corto beso. -¿por que lo preguntas? -pregunta agregó haciendo un ademán.

-No sé -miento y tomo de mi jugo.