ᴄᴏɴᴛʀᴀᴄᴛ ࿐ ᵖⁱⁿᵉˢᶜᵒⁿᵉ [ᴛᴇʀᴍɪɴᴀᴅᴀ]

₍₀₁₎ ᴄ ʜ ᴀ ɴ ᴄ ᴇ

   Bipper

El castaño se encontraba encerrado en una habitación que solamente era iluminado por unas débiles bombillas de Navidad, marcando un solo color; El amarillo.

Éste pateaba con fuerza todo lo que se interponía en su camino, le daba puñetazos a las paredes y arrojaba por los aires cualquier objeto pequeño que encajaba en sus manos. Realmente estaba furioso, puesto que era la décima vez en enfrentarse a Pines y fracasar; aquel hombre que poco a poco iba cumpliendo con su objetivo y dejando sin opciones al más pequeño.

—¡Ya no lo soporto más! Estoy cansado de perder contra ese maldito viejo —protestó el de ojos color ámbar, estampillado su cabeza contra la pared.

—Es porque somos malos, triángulo hueco. Esta es una historia típica de héroes y villanos, donde los buenos siempre terminan ganando —contestó una voz en su cabeza, perteneciente a Dipper —. Debes saberlo, hay miles de otras dimensiones en donde yo y los demás terminamos derrotándote —Bipper simplemente gruñó rodando sus ojos.

A continuación, el pequeño comenzó a buscar entre los cajones un diario que él mismo había escrito con la ayuda de las memorias de Dipper, tratando de encontrar algún tipo de rareza para poder usarlo en la contra de Pines, puesto que aquel viejo tenía en su poder los tres libros.

—¡Maldición! No hay nada que nos favorezca... estoy empezando a imaginarme las mil maneras de matar al idiota de Stan con nuestras propias manos —Bipper esperó una respuesta de parte del alma mientras pasaba página por página de aquel diario, sin embargo, este se mantuvo en silencio por un tiempo.

—Tal vez... debamos conseguir aliados--

—¿¡Qué!? ¿Estás bromeando, verdad?  ¿El hecho de que compartamos un cuerpo te está afectando? —Bipper reía y reía a carcajadas por cada oración que terminaba... Era como si le fuera a dar un ataque en cualquier momento.

—Oye, ¿Qué tiene de malo? Un poco de ayuda no nos vendría mal

—Dipper, sólo míranos —carcajeó presionando fuertemente su estomago ya que había comenzado a sentir un opaco pero placentero dolor —. ¿Quién querría ser aliado nuestro? Lo volveríamos loco en cuestión de días

Ambos no pudieron evitar reír por aquel comentario. Dipper no quería aceptarlo, pero el triangulo tenía razón.

—¡Oh, vamos! Podemos tener aliados a partir de contratos... tú eres un demonio, bueno para esas cosas —Bipper no pudo evitar gruñir de repente, aquel joven lo había convencido y ahora le tocaría hacer un pesado trabajo; encontrar al ayudante perfecto.

[...]

El más bajo estuvo un laaargo tiempo pensando en cómo encontrar ayuda, no parecer un desesperado y que cumpla con lo estrictos requisitos que el demonio tenía en mente. Sería una tarea difícil, y más aún si hay un contrato en medio, es decir, cumplir con el favor a cambio de algo. ¿Qué pedía una persona promedio en esos días? ¿Fama? ¿Dinero? ¿Amor? Tantas opciones que lo único que podía hacer Bill era odiar cada vez más al ser humano.

—Por cierto, el trato es serio. Nada de engaños al final de la misión —aclaró el castaño para evitar que el ente maligno actuase sin pensar, como de costumbre..

—Le quitas lo divertido a la vida —bufó

To be continued