ᴄᴏɴᴛʀᴀᴄᴛ ࿐ ᵖⁱⁿᵉˢᶜᵒⁿᵉ [ᴛᴇʀᴍɪɴᴀᴅᴀ]

₍₂₁₎𝕸𝖔𝖔𝖓𝖑𝖎𝖌𝖍𝖙

۵𝕱𝖎𝖓𝖆𝖑 𝖈𝖍𝖆𝖕𝖙𝖊𝖗۵

Con fuerza, aquel chico de cabellos rubios estampilló la linterna contra el suelo, haciendo que esta se rompiera en miles de pedazos.

—¡¡No!! ¿¡Pero qué has hecho!? —replicó la bestia furioso, rodeando a los dos compañeros con un aura de completa penumbra —. ¿¡Que has hecho!?

Wirt se debilitó al ver como el alma se escapaba de aquella lámpara y perdía su luz... lentamente fue cerrando sus ojos hasta caer inconsciente sobre el césped.

—¿¡Tienes idea de lo que he perdido!? —seguía gritando la criatura, pero esta vez su voz provenía de todas partes.

Con nervios y prisa, Bipper seguía rebuscando algo dentro de los bolsillos de su abrigo dorado. La preocupación se podía apreciar claramente en su rostro y brillo en los ojos, partes del cuerpo que no paraban de observar a su amigo.

Un fuerte alivio sintió recorrer sobre todo su cuerpo al sentir aquel sólido objeto entre sus manos... y al quitar aquella extremidad, alzó el amuleto victorioso.

—¡¡Me las vas a pagar muy caro, demonio insolente!!

—¡Vete a la mierda, bestia! ¡¡Nadie se mete con cuernitos!! —Y luego de replicar aquello, con mucha fuerza estampilló el objeto sobre el piso justo al lado de la antigua lámpara de Wirt.

Este amuleto que era una piedra atrapa almas, generó una luz desde su interior e hizo desaparecer todo rastro de penumbra a sus alrededores mientras claramente se podía oír los gritos de agonía que el ente maligno carraspeaba.

—¡¡Volveré!! ¡¡Juro que volveré!! —Fue lo último que Bipper escucho salir de su parte.

Pero todos estarán pensando que aquel amuleto encerró al alma en pena que la Bestia tenía... pero déjenme decirles, que están equivocados.

La gema no atrapó nada más que el ser de Wirt, aquel espíritu por el que tanto se habían esforzado y sufrido de encontrar. Lo que había ahuyentado a la bestia era la potente luz que nació de su interior para poder seducir el alma ajena y así atraerlo hasta encerrarlo.

Y al terminar todo aquel teatro, Bipper volvió a tomar entre sus manos aquel amuleto para luego correr hacia su compañero quien ya no se encontraba entre él. Ahora el rubio anhelaba por que aquello funcione.

—Vamos Wirt, despierta —Le susurró con voz trémula una vez que le colocó aquel collar de un color amarillento.

Pero de parte de aquel joven, no recibió respuesta alguna mas que... silencio.

Nadie sabía qué estaba pasando en su interior...

𝖊𝖓 𝖘𝖚 𝖎𝖓𝖙𝖊𝖗𝖎𝖔𝖗...

Todo era... césped. Sólo césped.

Un enorme y cálido prado en donde no se podía sentir otra cosa más que la suave brisa abrazar su cuerpo.

Wirt suspiró con serenidad mientras cerraba los ojos, inhalando aquel puro y natural viento como si nada malo pasara. Pero en cuanto volvió a recobrar la vista, se encontró con la bestia, quien estaba de pie frente a él, a tan solo tres metros de distancia.

—¿Qué vas a hacer ahora? —Le dijo al humano.

—¿A qué te refieres? —respondió con voz susurrante, lo más calmado posible.

—Eres libre, ese muchacho me ha desterrado de Edelwood. Tú puedes volver a casa si eso es lo que quieres

En silencio, Wirt desvió la mirada en señal de que se encontraba pensativo. Lentamente comenzó a mirar a su alrededor, dándole la completa espalda a la criatura.