ᴄᴏɴᴛʀᴀᴄᴛ ࿐ ᵖⁱⁿᵉˢᶜᵒⁿᵉ [ᴛᴇʀᴍɪɴᴀᴅᴀ]

₍₁₇₎ ᴛᴏɢᴇᴛʜᴇʀ ᴀɢᴀɪɴ

Bipper

Un gélido humo comenzó a desatarse de el cuerpo del rubio, dando inmediatamente un bajo cero en la temperatura de aquella habitación.

Stan Pines dio unos cuantos pasos hacia atrás, amenazando con sacar su arma mientras miraba hacia todas las direcciones con dificultad gracias a la neblina.

—No dejaré que me vuelvas a engañar —Se escuchó su voz, como si venía de todas partes —. ¿Creíste que podrías apoderarte de mi corona? ¡No te voy a dejar!

—Maldición, Mabel

Y en un pestañeo, todo había desaparecido... desde Pines, hasta el humo que había generado IceFinn dejando solo al pequeño castaño, quien se mantenía paralizado, con una tenebrosa y extendida sonrisa en el rostro, soltando varios suspiros de placer.

—¡Oye! ¿Estas bien? ¡Vamos, reacciona! —Le gritó la voz en su cabeza —. ¡Debemos encontrar a Wirt!

—Stan Pines no puede contra mi... Stan Pines no puede pararnos

Bipper presionó con fuerza sus puños, y sin importarle lo dañado que estuvieran sus muñecas de un solo tirón logró romper las cadenas para luego liberar su cuello... realmente habían quedado enormes y notorias marcas de sufrimiento.

Levantó su torso de modo que quedara sentado en la camilla, acarició su muñeca derecha para luego sonreír maliciosamente. De un solo parpadeo, había desaparecido.

Y mientras tanto, un joven esperaba en agonía, rogando por que alguien llegase y lo rescatase... aunque sabía que eso no iba a pasar, después de todo, él estaba destinado a morir muy pronto... una bestia tan peligrosa como el no debía de estar suelto, deambulando libremente por la tierra.

Todo aquel rechazo era realmente doloroso... no pudo evitar soltar unos sollozos mientras dejaba escapar unas numerosas lágrimas.

Le era realmente devastador no poder sentir otra cosa más que el dolor y el rechazo.

—Wirt, despierta —Sé escuchó aquella voz... aquella suave y cálida voz que le parecía familiar —. Despierta Wirt

—N-no... no quiero. Cinco minutos más, mamá —gruñó él entre sueños.

—Wirt, es Halloween... si no despiertas, llegaras tarde al festival

—Y si no voy al festival... ¿Qué pasará? —Sé negó una vez más, tapando su cuerpo entre las sábanas.

—Bueno, si no vas... no conocerás el bosque de Edelwood, y si no conoces el bosque de Edelwood, no te convertirás en la bestia, y si no te conviertes en la bestia... no conocerás a Bipper —Aquella persona colocó la mano en su hombro, sacudiendolo con delicadeza para poder despertarlo.

—Bipper

—Sí, vamos... ahora despierta. Despierta, Wirt

—¡¡Te dije que despertaras!! —Y de un solo golpe, el chico había cobrado la conciencia, abriendo sin delicadeza los ojos mientras respiraba con dificultad.

Mientras levantaba su torso del piso, observó paranoico hacia todos los lados...

Y cuando se dio cuenta de quien era la persona que se encontraba a su lado un enorme alivio recorrió por todo su cuerpo.

—Joder, al fin despiertas —vociferó aquel castaño de ojos ámbar, sonriendo pero con un extraño ceño apenado —. Hasta pensé que ha-

Y antes de que pudiera continuar con sus típicos comentarios sarcásticos, este se vio interrumpido por los flacidos brazos de Beast, quien lo había abrazado con firmeza.

A causa de eso, Bipper se ruborizó... sintiendo claramente como el corazón de Pines se aceleraba. Eso realmente lo volvía loco.

—Bipper —Le susurró a sus oídos, con aquella voz apagada pero suave —, gracias... mu-muchas gracias por todo

El cuerpo del demonio comenzó a temblar, haciendo que este maldiciera a Dipper por tener aquellos sentimientos tan fuertes y abundantes.

—O-oye —titubeó completamente ruborizado —, tu-tus cuernos me hacen daño

Wirt se alejó unos segundos después, enseñándole al más bajito el brillo que poseían sus pupilas.

—Bi-bipper... ¿Qué te hizo ese idiota? ¿E-estás bien? —Se preocupó al notar las heridas que poseía, tomando con delicadeza una de sus manos.

—¡S-sí! Yo estoy bien —declaró, zafandose de aquel agarre por mero impulso —. Ya, salgamos de aquí

El castaño se puso de pie mientras observaba como su compañero lo hacia también, pero con un poco de dificultad... no le había quedado de otra más que ayudarlo, extendiéndole una mano.

—Y... ¿Qué pasó con IceFinn y los demás? —preguntó al mismo tiempo en que caminaban hacia la salida.

—Tú solo sígueme, te lo contaré todo de camino

Y mientras corrían, no podían evitar la idea de que debían encontrar lo antes posible al rey helado y al abuelo Pines... ambos sabían lo que ocurriría si no hacían algo al respecto.

El lugar en donde estaban era desconocido... demostró ser un edificio grande y lleno de pasillos y puertas. Dipper no recordaba haber estado en un lugar así el verano en donde tenía tan solo trece años, y por eso muchas preguntas surgían de su mente.

Pero antes de que pudiera averiguarlo, antes de doblar en una esquina... su cuerpo pequeño y débil había chocado con alguien.

De parte de esa persona se escuchó un quejido en cuanto cayó al piso. Y el más bajito reconoció ese tono por ser el de Mabel: aquella tierna adolescente que iba corriendo por su vida con los ojos llorosos.

Y cuando vio a Bipper directamente, no supo que hacer o decir... solo se encargó de llorar, completamente destrozada.

—Mabel, Mabel, clavel —deleitaba el más bajo mientras se ponía de pie y se burlaba de la morena —. Que gusto volver a encontrarnos

—Bipper yo-

—Estabas corriendo hacia la dirección contraria donde fueron Stan y ese otro demente... ¿Sabes de algo que yo debería enterarme? —Con firmeza tomó a la joven de la barbilla, obligándola a que lo viera a los ojos.

—Yo...-

—A estas alturas tu abuelo ya te habrá dicho que su verdadera identidad no es "Stanford Pines", ¿Verdad?

—Bipper, deja que la chica hable —interrumpió Beast, observando y analizando a detalle la situación.

—Como sea —escupió el chico de ojos ámbar, soltando a Mabel para que pudiera levantarse —. Muéstranos en donde están esos idiotas para acabar de una buena vez por todas con esta situación, si desobedeces, ya sabes lo que pasará

Y en cuanto la joven vio como una flama azulada se generaba en la mano de su, ahora, ex hermano, se apartó unos cuantos pasos hacia atrás y salió corriendo... guiando el camino hacia su abuelo y el rey helado.

To be continued